Ni con Convergencia, ni con ERC, ni mucho menos con Ciudadanos o el Partido Popular. La CUP de Barcelona no se plantea un gobierno alternativo ante una posible moción de confianza de Ada Colau si no se aprueban los presupuestos el próximo 23 de diciembre. La concejal del partido Maria Rovira defiende en una entrevista con Crónica Global los beneficios de municipalizar el agua, la okupación como un derecho a la vivienda y la desobediencia ante las leyes si es en beneficio de la sociedad.
- ¿Por qué no ha aprobado la CUP los presupuestos de Ada Colau?
- Por varios motivos. Planteamos la negociación vinculada a que se parase la oleada represiva que estaban viviendo los manteros y que viven todavía con los dispositivos policiales que hay en el centro cada tarde. Hicimos una primera reunión donde nos expusieron el calendario de cómo irían los presupuestos y, después, una segunda reunión en la que anunciamos que no entraríamos a negociar si no se paraba esta oleada represiva. En esta segunda reunión, el gobierno, tanto los de Barcelona en Comú como los del PSC, nos dijeron que era un dispositivo totalmente normal, no vimos voluntad de parar esta oleada represiva y, de hecho, así nos lo anunciaron. Igualmente, nosotros quisimos ver los presupuestos para analizarlos y aquí ya comprobamos por una parte la no voluntad negociadora del equipo de gobierno en tanto que los presupuestos nos llegaron el viernes por la tarde y se votaban el martes. Además, una de las cosas principales que dijimos, y que llevaba en el programa BComú, es que un 5% de estos presupuestos fueran decididos por los vecinos y las vecinas para empezar a generar una cultura de la participación y de la corresponsabilidad. Y esto, aunque se aprobó en una comisión, tampoco se ha aplicado.
- Por lo tanto, no es cierto que se esté debatiendo sobre los presupuestos en lugar de su contenido…
- No, no, nosotros estuvimos analizando los presupuestos y sí que habíamos mostrado en un inicio la voluntad de poder negociarlos. De hecho, en la primera modificación presupuestaria votamos favorablemente, en la segunda modificación de las Ordenanzas Fiscales también votamos favorablemente y en la tercera modificación nos abstuvimos para que pudieran tirar adelante. Sí que es verdad que, después de un año y medio, hemos visto que no se han realizado políticas transformadoras, que se está criminalizando a los colectivos más vulnerables y que se empobrece cada vez más esta ciudad, como es en este caso el colectivo de manteros. Era necesario poner sobre la mesa que o se paraba la oleada represiva, o era muy difícil que nosotros nos pudiéramos sentar a negociar.
- ¿Qué soluciones proponéis ante el problema del top manta?
- En invierno del año pasado, antes de que empezara el movimiento del verano con los manteros, ellos mismos a través del Sindicato Popular hicieron unas propuestas concretas como que se les pusiera un espacio para poder vender, se generase algún tipo de cooperativa para poder salir de la situación en la que están o que se les ofrecieran otros trabajos para asegurar su permanencia en Barcelona, además de su subsistencia. Estas propuestas deberían coincidir con lo que es un partido transformador y que quiera garantizar los derechos de las personas. Se trata de una cuestión de derechos y no de seguridad, cuanta más represión policial hay, se va más en detrimento de los derechos de estas personas. Son gente que no está vendiendo en la calle porque les guste, sino porque no tienen nada más.
- ¿Es lo que os hace pedir que se disuelva la unidad antidisturbios de la Guardia Urbana de Barcelona?
- No, lo de la unidad antidisturbios ya lo llevábamos en el programa. Nosotros creemos en una Guardia Urbana de proximidad, de mediación. Esta era una cuestión en la que coincidíamos con el gobierno de BComú y tampoco hemos visto que se haya llevado a cabo, ni que haya voluntad real de hacerlo.
- Ada Colau sostiene que son los presupuestos más sociales que ha tenido Barcelona. ¿Estáis de acuerdo?
- A nosotros esta frase nos recuerda a lo que siempre dicen los partidos que están en el poder. Junts pel sí lo dice en la Generalitat, pues Ada Colau lo dice en Barcelona. Con el análisis que hemos hecho, hemos visto que sí hay inversión social pero se continúa invirtiendo en el Mobile World Congress, en turismo en la ciudad de Barcelona… Si son los mas sociales o no, para nosotros no es tan relevante. Lo que es relevante es dónde se destina ese dinero. Sí que es cierto que se están tomando decisiones para paliar los efectos de les políticas nítidamente neoliberales y los efectos que supone el turismo para la ciudad, pero en ningún caso se va a la raíz de los problemas.
- ¿Qué propondríais para que fueran más sociales?
- Uno de los aspectos principales es afrontar el poder económico y los lobbies que se han tejido en la ciudad durante 30 años. No se pueden hacer políticas de consenso en esta ciudad teniendo la realidad que tenemos. Tenemos un turismo que no para de crecer y debería apostarse claramente por el decrecimiento turístico, también para afrontarse a los lobbies tanto de la industria turística como de los restauradores, aquellos que están promoviendo el modelo de ciudad que tenemos. Tendría que haber un replanteamiento claro de cómo nos situamos en el marco de un modelo económico capitalista y patriarcal, y cómo hacemos políticas que le den la vuelta a esta situación.
- ¿Es el turismo actualmente un problema más que una oportunidad?
- El modelo que se ha desarrollado ha sido muy malo y el turismo en Barcelona provoca que suban el precio de los alquileres, con toda la problemática sobre los pisos turísticos, y que haya muchos fondos de inversión que están comprando pisos y especulando. Por otro lado, está la gentrificación que se está dando en diferentes barrios y la gente que ha tenido que irse a vivir fuera, incluso, de Barcelona. También está la huella ecológica que deja el turismo y el hecho de que son las arcas públicas las que han de asumir las consecuencias, cuando son las empresas privadas las que se están beneficiando. Y, finalmente, que los puestos de trabajo generados por el turismo acostumbran a ser muy precarios, temporales y no garantizan unas condiciones laborales dignas. Por todo eso entendemos que el turismo ha de decrecer en Barcelona, que se ha de poner en el centro el conjunto de vecinas. No atacar a los turistas, sino al modelo de turismo que se ha promocionado en esta ciudad. Todos los barrios de Barcelona se tendrían que declarar zona cero para que no se pueda continuar habilitando hoteles ni viviendas turísticas. No continuar dando licencias, quiero decir. Me parece increíble que hoy en día todavía se estén construyendo hoteles, teniendo en cuenta el grupo de turistas y el modelo que se ha desarrollado de parque temático.
- Ante una posible moción de confianza de la alcaldesa, ¿tenéis una propuesta alternativa de gobierno o apoyáis el actual?
- Ha habido diferentes movimientos por parte de Convergencia, por ejemplo, pero no coincidimos ni en programa, ni en modelo económico, ni en social, ni en relación a las políticas de género con ninguno de estos partidos. Nosotros lo tendríamos que debatir en asamblea, pero la idea es mantener el gobierno que hay actualmente.
- La CUP pide desobediencia. ¿En qué debería desobedecer Colau?
- Cuando estás en una institución tienes un marco legislativo. Además del Gobierno central que tenemos, están las leyes que regulan lo que se refiere a los trabajadores públicos, las competencias que hay, la ley de vivienda que fue suspendida… Para nosotros, un gobierno transformador ha de llegar al máximo, al límite de esta legislación y poner por delante el cumplimiento de sus deberes y de los derechos sociales con las vecinas, antes de cumplir con lo que marque una ley. Por lo tanto, entendemos que se tienen que desobedecer todas esas leyes que muchas veces se ponen como excusa para tirar hacia delante otra institucionalidad en la ciudad de Barcelona.
- ¿Trabajar el día de la Constitución es un ejemplo de desobediencia?
- Por ejemplo. Eso ya lo comentamos aquí y nos dijeron que no.
- ¿Vosotros trabajaréis?
- Sí, nosotros trabajaremos.
- Proponéis la municipalización del agua, ¿creéis que Barcelona tiene los suficientes recursos económicos para que salga a cuenta?
- En principio, la municipalización del agua ha de salir más a cuenta. La situación es que ahora, con inversión pública, se elaboró toda la infraestructura para el funcionamiento de la gestión de este agua. Los beneficios van solo a manos privadas, cuando la inversión ha sido totalmente pública. No ha de suponer perder dinero pero, si lo supusiera, tenemos muy claro que habría una gestión directa del agua en la que no habría opacidad a la hora de gestionarla y en la que el conjunto de vecinas tendrían un control sobre este agua. Además, si fuera más caro, se podría decidir colectivamente cómo se haría para paliar estos efectos y, si es más barato, qué se hace con el dinero.
- ¿Y se mantendría la calidad del agua?
- Obviamente, sí. Tiene suficientes recursos como para mantener esta calidad.
- Algunos grupos dicen que Colau es demasiado permisiva con los okupas. ¿Creéis que es así?
- ¿Por qué?
- Dicen que les paga la luz, el alquiler a los del Banc Expropiat de Gràcia…
- Eso lo hacía precisamente Convergencia. De hecho, los desalojos en Barcelona vienen de Convergencia y es competencia de los Mossos d’Esquadra. Entendemos que no es demasiado permisiva en tanto a que no tiene competencias reales para la gestión. Si que es verdad que ante las okupaciones que hacen vecinas para tener derecho a la vivienda no se criminaliza, sino que se entiende como una cuestión de derecho a la vivienda. Nosotros compartimos esa lógica y entendemos que la vivienda no debería estar en base a un valor del mercado, sino en base a su valor de uso. Por tanto, compartimos que sea permisiva con las okupaciones en tanto que se está garantizando un derecho social.
- En vuestra opinión, ¿qué está haciendo bien el ayuntamiento?
- (Ríe). En materia de feminismos y LGTBI creemos que se están desarrollando líneas que hasta ahora no se habían desarrollado y que van muy acuerdo con las diferentes reivindicaciones del movimiento feminista de la ciudad de Barcelona, pero también en el conjunto del país. También creemos que en políticas de salud se está trabajando en buena línea. Pero para nosotros el problema principal es el modelo económico de la ciudad. Es la no confrontación con los diferentes poderes reales de Barcelona. Se hacen grandes anuncios, pero después cuando vas a lo concreto no se acaba de ver una transformación real en estas áreas donde teóricamente se está trabajando.