Solo 47 de los 350 diputados del Congreso han renunciado a la tarjeta de taxi que pone a su disposición la Cámara. Hasta 3.000 euros pueden gastarse los parlamentarios en desplazamientos dentro de la Comunidad de Madrid en un año. En la anterior legislatura, la del Gobierno en funciones de Rajoy de cinco meses, dejaron de reclamar la tarjeta más diputados, un total de 51.
Los miembros de Unidos Podemos han sido los que menos han aprovechado el privilegio. Lo han hecho menos de la mitad, 26 de los 67 diputados que tiene la formación liderada por Iglesias. Pese a ser el partido con menos solicitudes, la dirección nacional acordó en enero que solo los diputados procedentes de las Islas Baleares y de las Canarias, que son cinco, gozarían de la tarjeta.
En cambio, ninguno de los 32 de Ciudadanos, los 19 del Grupo Mixto, los nueve de ERC y los cinco del PNV ha renunciado a la tarjeta. Del PP, solo cuatro de los 134 lo hicieron y del PSOE, tan solo dos.
Un máximo de 900.000 euros
Las cantidades que el Congreso destinas a los desplazamientos en taxi de sus diputados no son por una cantidad fija, sino que abonan los viajes que realmente se efectúan. El máximo que puede gastarse cada uno son 3.000 euros en un año, es decir, 250 cada mes. En total, si todos los parlamentarios que han solicitado la tarjeta agotan el presupuesto total, costará 906.000 euros.
Este no es el único privilegio del que gozan los miembros del Congreso en cuanto a transporte. Se abonan también los gastos en avión, tren, coche y barco. El aparcamiento en estaciones de tren y aeropuertos también son cubiertos, así como los peajes de las autopistas y 25 céntimos por kilómetro recorrido en el caso de que se desplacen con un vehículo particular.