La C-25, posiblemente la obra más representativa del pujolismo junto con el Túnel del Cadí, la pagó el Estado. La Administración central abonó los cerca de 18.000 millones de pesetas del más conocido como Eix Transversal (Eje Transversal), pero Artur Mas, entonces consejero de Economía de la Generalitat, movió hilos para ocultarlo. Tenía en mente las elecciones de 1999. Las últimas que ganó Pujol.
Ha sido el exdiputado de CiU en el Congreso Josep López de Lerma quien ha desvelado esta historia en el libro Cuando pintábamos algo en Madrid. Él descubrió la situación en una reunión con el entonces secretario de Estado de Presupuestos, José Folgado, y un abogado del Estado. Éste le recordó que la obra era de "interés general" porque corría a cargo de todos los ciudadanos y que debía formar parte de la Red de Autovías del Estado. En total, 17.814 millones de pesetas.
"Nos hundimos"
López de Lerma se puso en contacto con Mas para explicarle la reunión, pero él negó la mayor. "No puede ser, Josep, lo habrás entendido mal", dijo en un primer momento. Reculó después de hacer las consultas pertinentes, aunque le pidió que no dijera nada a Jordi Pujol y que lo solucionase: "Estamos ante unas elecciones al Parlament y no creo que sea necesario que te diga que si se conoce la verdad sobre el Eix nos hundimos".
El Eix Transversal recorre 154 kilómetros entre Cervera (Lleida) y Riudellots (Girona): cruza Cataluña transversalmente y conecta las tierras de poniente con la autopista del Mediterráneo, es decir, con Francia sin necesidad de pasar por Barcelona. Pujol inauguró la vía hasta en 12 ocasiones, tramo por tramo. El proyecto inicial contaba con un carril por lado, pero se optó por desdoblarlo por el tráfico y los accidentes. Mas, ya como presidente, inauguró la ampliación en 2013. Y sacó pecho por el autogobierno: "Cuando las cosas dependen de Madrid, van más lentas o no van".