El tiempo dirá si el liberal Antoni Fernández Teixidó (1952) es el mesías del nuevo catalanismo, pero lo cierto es que este saltimbanqui político habla como un telepredicador. El pasado miércoles, micrófono en mano, encandiló a los asistentes a la presentación de la plataforma Lliures, impulsada por este exconsejero de la Generalitat para hacer frente al independentismo actual y a la extrema izquierda venidera.
Hombre culto, bon vivant, excelente orador y mejor relaciones públicas, Fernández Teixidó comenzó su vida política en la Liga Comunista, para luego fichar por el CDS. Una mutación que le asemeja a la de Josep Piqué, quien de militar en Bandera Roja, haría carrera política en el PP.
El pase a CDC
Durante años fue el hombre de Adolfo Suárez en Cataluña. Representó a esta formación centrista como diputado en el Congreso y en el Parlamento catalán, hasta que, en 1993, se incorporó a Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), donde muy pronto pasaría a formar parte de la ejecutiva.
Pero no sería hasta 2002 cuando el presidente Jordi Pujol le nombró consejero de Trabajo, Industria, Comercio y Turismo de la Generalitat. Eran épocas muy dadas a crear macroconsejerías. Y también a conectar con el empresariado catalán. Y es ahí donde Fernández Teixidó podía dar rienda suelta a sus habilidades, garantizando un lleno total en los actos de Artur Mas, que en aquellas fechas despuntaba como titular de Economía y consejero jefe.
Los negocios en Cuba
Teixidó nombró al hoy denostado Oriol Pujol secretario general de su departamento, pero no sobrevivió al auge de los jóvenes cachorros soberanistas, es decir, al postpujolismo. Tras sufrir su travesía del desierto durante siete años de gobierno tripartito, CiU volvió a la presidencia de la Generalitat con nuevo líder, Artur Mas, que progresivamente se iría deshaciendo de la vieja guardia convergente, mientras abrazaba la causa independentista. Teixidó se dedicó entonces a acentuar su perfil liberal dentro de CDC mediante la plataforma Llibergència.
Alardeaba de haber votado en contra del capítulo dedicado a los derechos sociales del Estatuto y expresó su rechazó a la ecotasa turística que finalmente se acabaría implantando en Cataluña. Mantuvo escaño en el Parlamento catalán y, según cuentan en los mentideros políticos, en su tarjeta de diputado adjuntaba la dirección de su despacho particular. Nunca dejó de cuidar su faceta empresarial, que incluyó grandes proyectos de hostelería en Cuba, país con el que estrechó lazos apoyando a los presos políticos.
En la Audiencia
Sus negocios con la mafia georgiana le obligaron a declarar como testigo ante el juez de la Audiencia Nacional que instruyó el caso Avispa. Confesó esas relaciones, pero aseguró que desconocía el perfil delictivo de sus contactos. Nunca estuvo inculpado.
Harto de los devaneos secesionistas de CDC, Teixidó renunció a sus cargos en noviembre de 2015. Hace tres meses rompió el carné del partido. Hoy es el referente de Lliures, un movimiento político que reinvindica un catalanismo ahora huérfano. El formato utilizado para presentar esta plataforma --gran puesta en escena, vídeo...-- tenía el toque de David Madí, otro liberal que también se desmarcó del "procés" a pesar de que, en su día, fue el hombre de máxima confianza de Artur Mas. ¿Será el tapado?