El exsecretario general del PSOE Pedro Sánchez ha iniciado su campaña para recuperar el control del partido con dos mensajes contundentes. Por una parte, ha denunciado que “el sector financiero” ha presionado para evitar la formación de un Gobierno de izquierdas. Y, por otra, ha lanzado un órdago en toda regla a la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, su principal adversaria en la sombra por hacerse con la dirección del PSOE.
Sánchez ha aprovechado una entrevista en el programa Salvados, de La Sexta --con Jordi Évole-- para confirmar que va por todas y que su dimisión como máximo dirigente del PSOE en el tumultuoso comité federal del pasado 1 de octubre y su renuncia como diputado este sábado, horas antes de la investidura de Rajoy gracias a la abstención de la mayoría del grupo parlamentario socialista, solo fue un paso atrás para tomar impulso.
En las últimas semanas, había guardado silencio. Un mutismo que sólo rompió al entregar su acta de diputado. Entonces, entre lágrimas y mediante la lectura de un comunicado de cuatro páginas, el ex dirigente socialista mostró su desacuerdo con la decisión de permitir gobernar al líder del PP y avanzó que se postulaba para volver a dirigir la organización. En ese sentido anunció que, desde el lunes, volvía a coger su coche para “recorrer todos los rincones de España” y “todos juntos recuperar el PSOE”. Este domingo, además, ha puesto en marcha una web para recabar apoyos a su candidatura.
'El País' y el "sector financiero"
En la entrevista de La Sexta, Sánchez ha revelado que la dirección de El País le advirtió de que "si hubiera habido un entendimiento entre Podemos y el PSOE, ellos lo criticarían e irían contra ello". Y ha lamentado que su línea editorial de los últimos meses haya sido "tan abusiva e insultante en lo personal" con él y tan beligerante con la posibilidad de que "pudiera haber un entendimiento entre las dos izquierdas".
El exdirigente socialista también ha criticado que la prensa en España esté "en manos de muy pocas empresas que nada tienen que ver con los medios de comunicación". Y ha apuntado al "sector financiero" y a "alguna empresa de telecomunicaciones", como Telefónica, y más concretamente su expresidente César Alierta. Unos poderes que, en su opinión, "han trabajado porque hubiera un gobierno conservador en nuestro país".
Susana Díaz tiene que "dar un paso al frente"
Sánchez no ha tenido pelos en la lengua a la hora de identificar a Susana Díaz como su rival en el partido. "Susana Díaz, si de verdad quiere liderar el PSOE como así parece, creo que tiene la responsabilidad y la obligación de dar un paso al frente en el próximo congreso y presentarse", ha señalado.
Y ha cargado contra la posición que la presidenta andaluza --con la que reconoce que no se habla desde "hace tiempo"-- ha mantenido en los últimos meses. "Susana Díaz tiene que hacer una reflexión sobre el papel histórico que siempre ha jugado el socialismo andaluz en el PSOE", ha lamentado al recordar que, en anteriores ocasiones, los líderes socialistas andaluces han apoyado a los secretarios generales del PSOE hubiesen sido o no sus candidatos para dirigir el partido.
En ese sentido, el exlíder socialista también ha reprochado a Díaz que dijese públicamente que "no compartía" su "estrategia", pese a ser el máximo dirigente del PSOE.
Rajoy le 'convenció' de que debía mantener el "no es no"
Sánchez ha confesado que, tras los resultados de las elecciones del 26J, dudó sobre si el PSOE debía abstenerse y permitir la investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno.
Pero fue, precisamente, una conversación con el líder del PP --que ha calificado de "punto de inflexión"-- la que le convenció de que debía mantenerse en el "no es no" porque Rajoy le reclamó "la abstención y apoyo para gobernar", incluyendo la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. Una abstención que hubiese supuesto, prácticamente, cogobernar con una "fuerza antagónica".
En relación a su enfrentamiento con Felipe González, Sánchez ha asegurado que sí trató con él la posibilidad de abstenerse, pero no en "los términos" revelados por el ex presidente del Gobierno, ya que solo fue un intercambio de reflexiones sin ningún compromiso.
Además, ha admitido que uno de sus "errores" fue haber tildado a Podemos de "populistas". En su opinión, el PSOE no tiene más remedio que "mirar de tú a tú y trabajar codo con codo" con la formación liderada por Pablo Iglesias.
Negociar con los independentistas
Sánchez se ha mostrado convencido de que "el PSOE tiene que negociar con los nacionalistas vascos y con los independentistas catalanes". Aunque ha rechazado celebrar un referéndum secesionista. "Creo que la crisis en Cataluña sólo se va a poder resolver votando, pero creo que ese voto ha de ser sobre un acuerdo y ese acuerdo es la reforma constitucional", ha explicado.
En cualquier caso --y aunque ha considerado que fue "uno de mis errores" haberlo aceptado--, nunca desobedeció el mandato del comité federal que le ordenó "no aceptar por activa ni por pasiva el apoyo de los nacionalistas catalanes, ni negociar con aquellas fuerzas políticas que defendieran el derecho a decidir en Cataluña", como Podemos.
El exlíder del PSOE ha instado a "comprender la naturaleza de nuestro país". "España es una nación de naciones. Cataluña es una nación dentro de otra nación que es España, como lo es también el País Vasco. Y esto es algo de lo que tenemos que hablar y reconocer y articular en una reforma constitucional para que Cataluña, como nación que es, se sienta integrada dentro de España", ha añadido.
Sobre la polémica intervención de Rufián en el pleno del sábado, ha declarado que "el insulto es al final la derrota pública de una posición política", y que la actuación del diputado de ERC fue "lamentable, reprochable y criticable".
Críticas a la gestora
Sánchez ha criticado el "desgarro" innecesario generado por la actual gestora socialista por ordenar la abstención en bloque ante la investidura de Rajoy. Él era más partidario de una "abstención técnica".
"Me di cuenta que la Gestora quería situarme a mí en una situación imposible: o me abstenía o votaba en contra y rompía la disciplina de voto y un mandato del comité federal --y nunca lo he hecho--, por lo que la única opción que tenía era salir del Congreso", ha explicado para justificar su renuncia al acta de diputado.
"Creo que esa es también la intención de algunos compañeros: quitarme cualquier plataforma para que en el proceso de primarias tenga los menos recursos posibles contra los aparatos que lógicamente van a actuar contra otras candidaturas", ha añadido.
Y ha matizado que meditará con los militantes si finalmente presenta su candidatura a la secretaría general del PSOE. "Si veo que hay agua en la piscina, estaré ahí, no voy a faltar a la cita", ha sentenciado.