El frente común propuesto por CiU para echar a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, viene avalada por la reprobación de CiU, Ciudadanos, ERC y PP, que ha contado con la abstención de la CUP. Pero los mismos tacticismos políticos, expresión utilizada por el primer teniente de alcalde Gerardo Pisarello, que han validado ese rechazo, complican mucho una alternativa de gobierno. De lo que no cabe duda es que hoy, la exactivista ha recibido su primer revolcón en el pleno municipal, después de que el equipo de gobierno haya tenido que retirar su proyecto de ordenanzas fiscales por carecer de apoyos suficientes.
La única fórmula posible es trasladar al Consistorio la actual alianza existente en el Parlamento catalán y que ha permitido gobernar a Carles Puigdemont, es decir, la suma de CiU (10 concejales), ERC (5) y CUP (3). Esta combinación suma 18 concejales frente a los 15 que ahora suma BCN Comú y PSC. Pero resulta difícil imaginar a los antisistema apoyar una cuestión de confianza para hacer alcalde a un convergente. Asimismo, se repetiría un gobierno municipal débil, como el que ahora tiene Colau. También cabe recordar que Xavier Trias, tras las elecciones municipales de 2015, hizo un amago de tridente independentista, pero no resultó. Tampoco salió adelante la entrada de ERC en el gobierno de Colau. Los republicanos han abierto la puerta al diálogo, según manifiestan fuentes de esta formación a Crónica Global, pues se muestran sensibles a esa traslación de las alianza parlamentarias al Ayuntamiento. También se abren a negociar PP --que ya dio apoyo a CiU en el anterior mandato municipal-- y Ciudadanos. Pero en el caso de la formación naranja, la líder del grupo, Carina Mejías, ha sido muy taxativa en declaraciones a este diario a la hora de rechazar el nombramiento de un alcalde secesionista. “La alternativa no tiene por qué ser un candidato de CiU, puede ser otro que genere consenso”, explica.
CiU (10), PP (3 concejales) y Ciudadanos (5) sumarían 18 diputados, insuficientes si PSC y ERC vuelven a dar apoyo a Colau. Además, se trata de una combinación muy contradictoria ideológicamente y que, en caso de prosperar, daría lugar a un gobierno igualmente débil.