La izquierda española vive tiempos convulsos. Mientras la nueva política alumbra populismos, la vieja socialdemocracia se descompone. A ese espectro ideológico se une ahora Centro Izquierda Nacional (CINC), un nuevo partido político que cuenta entre sus filas a exmiembros del PSOE, UPyD y Ciudadanos.
Inscrito el pasado 29 de junio, CINC defiende la simplicidad de su nomenclátor, frente a las “generalidades vacías y siglas indeterminadas” como Podemos, En Marea, Compromís, En Comú Podem o Ahora Madrid, que, según los impulsores de esta nueva formación, “parecen haber sido diseñadas para ocultar su ideología o para mostrarnos que no tienen ninguna. Un truco viejo para poder adaptarse en función del interés de cada momento. Pura corrupción informativa”.
Rechazan el "radicalismo sectario"
Rechazan una "izquierda leninista y populista que sólo cree en una democracia instrumental –la democracia como medio transitorio para alcanzar el poder– y que no renuncia al uso de la violencia como instrumento de coacción o imposición. O sea, rechazamos tanto a los comunismos clásicos, como a los populismos actuales (chavistas, peronistas, fascistas, podemitas, etc.)”.
Soberanía española
Asimismo, los integrantes de esta plataforma abogan por la defensa de la "soberanía española, de la nación como espacio del bien común, de ciudadanos libres e iguales”. Consideran que la izquierda española “ha sido la causante, por inhibición, de la hegemonía moral del nacionalismo identitario. Un error, un complejo, una traición a la igualdad de los ciudadanos frente a los privilegios de los territorios”.
Consideran que la “falta de un proyecto nacional de la izquierda frente al nacionalismo disgregador ha provocado una agudización de las diferencias económicas, sociales, culturales y lingüísticas entre los españoles en función de dónde vivan. Todo ello, camuflado por el lenguaje ambiguo y tóxico que la izquierda ha tomado de los nacionalistas, y que ha dejado indefensos intelectualmente a muchos demócratas. Al no denunciar el carácter antidemocrático de los nacionalismos, se ha ido permitiendo una deslegitimación del sujeto de la soberanía nacional: el pueblo español; o sea, el conjunto de los ciudadanos.