El UKIP todavía está sin líder. Nigel Farage anunció el 4 de julio su dimisión al frente del partido euroescéptico tras la victoria del sí en el referéndum por el Brexit. Más de dos meses después, Diane James se impuso en la carrera para dirigir la formación una vez alcanzado el objetivo por el que se creó.
Ahora, 18 días después de ser nominada, ha informado que no formalizará su cargo, según ha declarado la propia James en el periódico británico The Times. La nueva cara del UKIP no ha encontrado su sitio en el partido. “Ha resultado claro que no tengo la autoridad suficiente, ni el apoyo de todos mis colegas eurodiputados ni oficiales del partido para implementar los cambios que creo necesarios y sobre los que basé mi campaña”, ha explicado.
El paso atrás de James ha sido interpretado por medios del Reino Unido como una puerta abierta al retorno de Farage. En 2015 ya dimitió al no obtener un escaño para su circunscripción tras las elecciones generales, pero días después volvía a ocupar su puesto. Tras el triunfo del Brexit, el político aseguró que “hemos recuperado el país, y ahora quiero recuperar mi vida”.