Al Ministerio del Interior se le ha acumulado trabajo en el último año. Entre las dos elecciones y el FernándezGate, el ritmo de los trabajadores de la cartera que ostenta en funciones Jorge Fernández Díaz debe haber sido más bien alto. Ya sea por el nivel de faena o por otras circunstancias, la información electoral que aparece en la página web del ministerio no cuadra.
Interior indica dos censos electorales distintos en los resultados definitivos de las elecciones de diciembre: uno para el Congreso (36.511.848) y otro para el Senado (36.420.698). La ley recoge que el censo es “único para toda clase de elecciones”, por lo que el dato para ambas cámaras tendría que ser el mismo. De hecho, desde el Instituto Nacional de Estadística (INE), el organismo que proporciona el número, aseguran que ellos dieron una sola cifra, “como siempre”.
La que indican como correcta es la que el ministerio ha usado para el Congreso. Preguntados por el asunto, desde el departamento dirigido por Fernández Díaz aseguran que desconocían esta incongruencia, que no saben a qué se debe ni de dónde ha salido y que los “técnicos están estudiando el desfase con los datos para solventarlo lo antes posible”.
El voto desde el extranjero
Este fenómeno no se produce solo en el historial de resultados del 20D, sino que en las cifras de 1993, cuando salió electo Felipe González, también se detectó esta diferencia (figuran 31.030.511 electores para el Congreso y 30.919.466 para el Senado). En el resto de comicios, el dato coincide.
Las contradicciones no terminan aquí. Tal y como indica el licenciado en Ciencias Políticas Domingo Sanz, que ha indagado en el tema, los datos referentes a cada una de las comunidades autónomas también distan entre el Congreso y el Senado. En estos casos, el global es el mismo, pero el CERA (el Censo Electoral de los Residentes Ausentes) no encaja.
Hay tres excepciones. En la Comunidad de Madrid coinciden todos los datos; en la de Castilla y León, tanto el censo total como el CERA son distintos para la Cámara Alta y la Baja; en el caso de las Islas Canarias, pasa lo mismo. Según fuentes del INE, el archipiélago es el único que puede presentar diferencias justificadas, ya que las circunscripciones no son las mismas para el Congreso y el Senado.
CERA desproporcionado
Los datos de la web del ministerio indican que el CERA del Congreso es, en todos los casos que presentan desequilibrio, mucho más numeroso que el del Senado. En Cataluña, por ejemplo, los residentes en el extranjero inscritos en el censo para elegir los diputados son 198.881, según figura en la información que ofrece Interior. Para el Senado, 20.826.
La diferencia se compensa con el dato de los demás ciudadanos, de forma que el total es el mismo: casi 5,5 millones. Según Sanz, el baile de cifras podría indicar una alteración voluntaria. Si es así, tendría que estar fuera de la web i juzgarse. Si no, los “datos tampoco tendrían que aparecer, ya que son erróneos, de una manera o de otra”.
El caso de Castilla y León
Pese a las diferencias en el CERA, las solicitudes aceptadas eran similares para ambas cámaras en las comunidades autónomas. Es por esto que la media de votos de residentes en el extranjero sobre el censo era del 5,3% en el Congreso y del 50,25% en el Senado.
Castilla y León tiene otra peculiaridad. Todas las provincias tienen una tasa de aceptación del voto CERA del 100%, mientras que en el caso de León, solo es del 7,35%. Domingo Sanz compara los datos con lo ocurrido en Formentera en las elecciones autonómicas de 1999.
El juicio por el denominado caso Mapau llevó a la condena de tres funcionarios por el traslado de algunos votantes CERA a la circunscripción de Formentera, que, con un solo diputado en el Parlamento de les Islas Baleares, ha sido decisiva en varias ocasiones para otorgar el poder a un partido u otro. En ese caso, gobernaba el PP de Jaume Matas, que no fue capaz de repetir al frente del Ejecutivo.