El expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa ha asegurado que la tarjeta que empleó en Caja Madrid y repartió a varios de sus consejeros y altos cargos "era de libre disposición" y no era preciso "la justificación de los gastos que se realizaban". "El Banco de España y Hacienda nunca pusieron tacha alguna ni vieron irregularidad durante 23 años", ha concretado.
Blesa, que presidió Caja Madrid entre 1996 y 2010 se enfrenta a una petición fiscal de 6 años de prisión y multa de 108.000 euros. Gastó de forma directa 436.688,42 euros con su tarjeta black, aunque se le reclama una indemnización que abarca la cantidad completa que gastaron sus consejeros y altos cargos durante su mandato, 9,3 millones.
Destinó el plástico al pago de hoteles de lujo --hasta alcanzar una cantidad de 76.642 euros-- joyas por importe de más de 6.000 euros y artículos de Louis Vuitton.