CDC y ERC, socios de gobierno en Cataluña, tienen un nuevo motivo de enfrentamiento: el control de la televisión y la radio públicas. Convergència impide la renovación de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) para evitar que los republicanos tengan más cuota de poder en el ente que gestiona TV3 y Catalunya Ràdio.
Llueve sobre mojado. La designación a dedo de la presidenta en funciones de la CCMA, Núria Llorach (CDC), así como las trabas constantes en el impulso de la radio catalana –cuyo director, Saül Gordillo, fue propuesto por ERC—, se unen a la incapacidad de los convergentes por frenar el descontento laboral de los trabajadores de TV3, la televisión autonomica más cara de España –232 millones de euros al año—y con una audiencia que va cayendo en picado.
En beneficio del grupo Godó
Gordillo amagó con dimitir debido al veto convergente a los fichajes que pretendía hacer para estar temporada, algo que ha beneficiado al grupo Godó, editor de La Vanguardia y que ha arrebatado al locutor Albert Om a Catalunya Ràdio, actualmente en RAC1. Para colmo, el proyecto de Icat FM sigue en suspenso, supuestamente por falta de presupuesto.
De acuerdo con la ley de la CCMA, tres de los seis consejeros actuales deberían ser renovados. Actualmente, ERC solo tiene un consejero, igual que UDC y PP --el consejero propuesto por los populares, Armand Querol lleva 20 años en este ente--, a pesar de que su representación parlamentaria es mayor. “El problema es que no está regulado el criterio para proceder a esa renovación. Si se hace en base a la antigüedad, por ejemplo”, explican a Crónica Global fuentes sindicales. En este sentido, los más veteranos son el citado Querol, Llorach y Brauli Duart (CDC), que cesó como presidente “temporalmente”.
Convergència no quiere perder poder, de ahí que tampoco sea muy diligente en la reforma de la ley de la CCMA para que los consejeros y el presidente del ente catalán vuelvan a ser elegidos por mayoría cualificada de dos tercios en el Parlamento catalán –CiU y PP pactaron que se hiciera por mayoría simple en 2012--.
Pero es que, dentro de CDC, también se están produciendo roces, concretamente entre la consejera de Presidencia, Neus Munté, y el consejero de Cultura, Santi Vila. Munté puso en manos de ERC --concretamente del secretario general y del director general de Comunicación de la Generalitat, Miquel Martín Gamisans y Jordi del Río, respectivamente--, la elaboración del Plan Nacional para el Audiovisual, lo que indignó a Vila.