Las mentes estrategas de la nueva Convergència echan humo. La posibilidad de una tercera llamada a las urnas en diciembre ha activado de nuevo su maquinaría electoral. Y también los empeños por convencer a ERC de la necesidad de formar una candidatura conjunta, como la de Junts pel Sí (JxSí) con la que gobiernan Cataluña. Sectores del Partit Demòcrata Català (PDC) plantean incluso el sacrificio de Francesc Homs, actual portavoz en el Congreso, para satisfacer a los republicanos. Pero éstos no quieren oír hablar de listas conjuntas, máxime cuando se saben ganadores de la partida independentista.
La supervivencia de los antiguos convergentes está en peligro. El embrollo del nomenclátor, pendiente de impugnaciones legales contra el veto del Ministerio del Interior, solo es una metáfora de los enredos internos de CDC, donde rivalizan los afines a Artur Mas y los seguidores de Carles Puigdemont. Como se sabe, los llamados Quicos cuentan con el aval del expresidente, mientras que los nuevos dirigentes del partido quieren soltar lastre de la vieja guardia de Mas. De ahí que se haya barajado la idea de prescindir de Homs como cabeza de lista en unas hipotéticas generales a modo de guiño a los republicanos.
El tiempo corre en contra
Incluso se ha hablado de Carme Forcadell como posible candidata de consenso. La idea es muy peculiar, dado que la expresidenta de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y exconcejal de ERC preside actualmente el Parlamento catalán. La jugada sería muy extraña, pero permitiría quitar de en medio a Forcadell de una Cámara catalana objeto de una investigación por parte del Tribunal Constitucional (TC) tras la aprobación de las conclusiones de la Comisión del Proceso Constituyente.
Forcadell, por otro lado, es bien vista por la CUP, mientras que el principal afectado por este eventual relevo, Francesc Homs, ya aceptó a regañadientes liderar la lista en las generales en junio. Hace tiempo que se plantea dedicarse a la empresa privada --es licenciado en Derecho-- y ahorrar a su familia el puente aéreo.
El tiempo, que corre en contra de CDC, dirá si esa propuesta prospera. Porque las previsiones electorales del partido todavía presidido por Artur Mas no son nada halagüeñas.