Pedro Sánchez y su mujer, Maria Begoña Gómez, con el alcalde de Unitat d'Aran-PSC de Bagergue, Marc Tarrau

Pedro Sánchez y su mujer, Maria Begoña Gómez, con el alcalde de Unitat d'Aran-PSC de Bagergue, Marc Tarrau

Política

Así descansan los líderes políticos

Rajoy y Sánchez, fotografiados haciendo deporte, cada uno en su destino vacacional

15 agosto, 2016 11:57

Mariano Rajoy y Pedro Sánchez tienen, al menos, un punto en común: ambos aprovechan las vacaciones para ponerse en forma. Si el presidente en funciones nos había acostumbrado a sus paseos matutinos por la provincia de Pontevedra, ahora es el líder del PSOE quien se ha dejado ver de nuevo en Vall d'Aran en un momento de descanso en el que el deporte está presente. Eso si, en su caso en familia.

Pedro Sánchez mantiene desde haces semanas el perfil bajo. A pesar de estar en la diana y la presión crece cada vez más para reclamarle que se abstenga en la investidura y facilite a Mariano Rajoy una segunda legislatura, afirma que seguirá en un segundo plano. Esta semana la partida de ajedrez en la que se ha convertido la conformación de un Gobierno en España avanza de nuevo. La Ejecutiva del PP se reunirá el miércoles para decidir si acepta o no las condiciones planteadas por Ciudadanos para poder proseguir la negociación sobre la investidura. No ha programado ningún acto durante los próximos días a la espera de lo que pueda ocurrir. 

mariano rajoy vacaciones

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Mariano Rajoy, presidente del Gobierno en funciones, en Pontevedra / EFE

Rajoy, con todo, no ha renunciado a su tradicional encuentro con los medios en Galicia. Ha hablado tras su sesión de ejercicio moderado diario por la Ruta del Agua y la Piedra para alertar de que el crédito de España en el exterior quedaría “muy dañado” si se celebran unas terceras elecciones generales. Algo que afectaría no solo a la economía sino también “a la forma de vivir de los españoles”.

El discurso ha sido muy parecido al que mantiene el PP desde las elecciones de junio para incrementar la presión y convertir al PSOE en el culpable de unos hipotéticos terceros comicios, aunque esta vez el presidente en funciones abandonó el traje y la corbata por los pantalones cortes y el polo. Una imagen tradicional de los últimos cinco años.