Partit Nacionalista Català, Partit Demócrata Català o Junts per Catalunya. Estas son las tres opciones que serán sometidas mañana a la votación de una militancia que se ha rebelado contra las formas autoritarias del aparato de CDC. La comisión encargada de buscar un nomenclátor que satisfaga a unas bases molestas con la omnipresencia de Artur Mas, ha analizado casi 400 nombres hasta que han quedado tres alternativas. Ninguna de ellas conserva la etimologia convergente, algo muy significativo y que contrasta con el parecer expresado por las bases durante el proceso de "Torn obert" previo al congreso de refundación que se celebra este fin de semana.
Queda clara la voluntad de pasar página respecto a un partido salpicado por los casos de corrupción y que en este ciclo electoral ha caído en picado. La apuesta del sector liderado por Germà Gordó, el más contestatario al aparato convergente, era Convergents y no ha prosperado por tan solo cinco votos. Esta opción ha sido defendida por Teresa Pitarch, actual presidenta del Institut Català de las Dones (ICD), en una intervención que ha recibido muchos apoyos. Pitarch fue aplaudida ayer, cuando pidió la palabra en el cónclave tras estallar la crisis del nomenclátor. Se perfila como la mujer fuerte del nuevo partido en la provincia de Barcelona.
Quedan, por tanto, descartadas las opciones "Més Catalunya" y "Catalans Convergents" que había propuesto inicialmente la organización del cónclave convergente y que Jordi Cuminal, responsable de comunicación de CDC, había encargado a una empresa afín. Esa unilateralidad le ha valido a Cuminal un serio enfrentamiento con Francesc Sánchez, dirigente que pilota la transición hacia la refundación.