El presidente del Gobierno en funciones y candidato del PP a la reelección, Mariano Rajoy, ha abierto este jueves la ronda de contactos para intentar formar Gobierno.
En esta ocasión, y a diferencia de lo que ocurrió tras el 20D, el líder popular parece tener prisa en lograr los apoyos que le garanticen la investidura, y no ha esperado ni siquiera a la constitución de las Cortes Generales --el 19 de julio-- para iniciar las negociaciones.
Rajoy se siente fuerte, considera que los resultados del 26J le legitiman para seguir al frente del Ejecutivo, y no piensa especular, como hizo tras las elecciones de diciembre. Además, quiere aprovechar la corriente de opinión a favor de la continuidad de un gobierno encabezado por el PP que se ha generado tras la segunda cita electoral.
La primera llamada para CC
Aunque todo apuntaba a que el líder socialista, Pedro Sánchez, sería el que recibiría la primera llamada de Rajoy --así se deducía de sus declaraciones de los últimos días--, finalmente el presidente del Gobierno ha iniciado su ronda de contactos con Coalición Canaria (CC) --el partido con menor representación en el Congreso, con un diputado--. Rajoy y el presidente de Canarias y de CC, Fernando Clavijo, han acordado tener un encuentro en La Moncloa el próximo martes.
El presidente del Gobierno ha reiterado en diversas ocasiones tras el 26J que su primera opción para formar Gobierno es una coalición entre PP y PSOE, dejando la puerta abierta a Ciudadanos. Si no lo consigue, el dirigente popular sigue confiando en que los socialistas, al menos, se acabarán absteniendo y no bloquearán su investidura, pudiendo gobernar en minoría.
La abstención del PSOE
Esta opción, en un principio, también ha sido descartada por la dirección del PSOE, pero algunos barones del partido --como el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara-- han apostado abiertamente por ella, siempre que Rajoy primero intente recabar apoyos entre los partidos ideológicamente más cercanos al PP, como Ciudadanos.
La presidenta de Andalucía, Susana Díaz, ha instado a Rajoy a no contar con la abstención de los socialistas, aunque a la vez ha admitido que unas terceras elecciones serían “catastróficas” para el país.
Maniobra envolvente
En los últimos días ha ido tomando fuerza la posibilidad de que Sánchez convoque una consulta entre los militantes para decidir si el partido debe abstenerse y facilitar la investidura de Rajoy en el caso que esa fuera la única alternativa para evitar unas nuevas elecciones.
Este escenario hace que el apoyo de Ciudadanos, PNV y CC sea más necesario para Rajoy. Si lo obtuviese, sumarían 175 escaños, a uno de la mayoría absoluta, y trasladaría la presión al PSOE, señalándolo como responsable de unas nuevas elecciones --las terceras-- que nadie quiere.