El control de los medios de comunicación catalanes es el escenario de una batalla entre CDC y ERC cada vez menos soterrada. Los intentos de los convergentes de favorecer los intereses del Grupo Godó --al que pertenecen La Vanguardia, Rac1 y 8TV-- se han traducido en el veto a fichajes de periodistas-estrella y descenso en las audiencias.
Según ha podido saber Crónica Global, el director de Catalunya Ràdio, Saül Gordillo --propuesto por ERC--, llegó incluso a amagar con la dimisión ante la resistencia de la presidenta “provisional” de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA), Núria Llorach, al fichaje de los periodistas Albert Om y Roger de Gràcia. Gordillo solo lleva cinco meses en el cargo.
Fuentes próximas a los medios públicos catalanes aseguran a este diario que Om, harto de esperar el visto bueno de la radio autonómica, ha expresado su intención por incorporarse a Rac1. “A Convergència no le importa que los medios públicos languidezcan, solo le interesa favorecer a Godó”, explican estas fuentes. Gordillo también se encuentra con trabas para modificar la programación. Uno de los espacios damnificados sería el programa sobre sexo que presenta la escritora Maria de la Pau Janer, Les mil i una nits.
Bicefalia negociadora
El enfrentamiento entre Gordillo y Llorach, que fue propuesta por CDC en sustitución “provisional” de Brauli Duart --aseguran las mismas fuentes que es su correveidile--, se enmarca en los equilibrios de poder que el presidente catalán Carles Puigdemont ha intentado introducir en el ámbito de los medios de comunicación.
El conflicto laboral existente en TV3, cadena controlada por CDC a través de Jaume Peral, es otra muestra de esa bicefalia. Los trabajadores de la televisión catalana se han reunido por separado con altos cargos de ERC y de Convergència para intentar impedir el inminente juicio a un compañero que se enfrenta a siete años de cárcel por filtrar datos de la plantilla de TV3.
Contactos con todos los partidos
Aseguran que encuentran más complicidad en ERC que en CDC. El pasado domingo aprovecharon el debate entre los seis candidatos catalanes que se celebraba en los estudios de la televisión autonómica para expresar su malestar a los representantes de todos los partidos políticos. El comité de empresa de TV3 mantiene los paros en la programación convocados durante la campaña y para el próximo lunes, tras la cita electoral.
Toda esta situación provoca muchos nervios en la Consejería de Presidencia de la Generalitat, máxima responsable de los medios de comunicación catalanes. La existencia de un informe jurídico sobre las supuestas irregularidades en el nombramiento de Llorach --su designación no cumplió con la tramitación parlamentaria que contempla la ley--, así como el miedo a que se filtre el listado de cargos de la televisión y la radio públicas con sueldos fuera de convenio tras las elecciones generales del 26J alimenta esa tensión en Palau.