El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha anunciado que, tras el verano, se someterá a una cuestión de confianza, una vez consumado el veto de la CUP a los presupuestos.

El dirigente de CDC no renuncia a seguir con su hoja de ruta soberanista, pero "no puedo administrar las sobras de unos presupuestos". Puigdemont ha intervenido tras la votación de las enmiendas a la totalidad de las cuentas catalanas, incluida la de la CUP, aprobadas con 72 votos a favor y 62 en contra. Ante esta situación, el Gobierno catalán ha retirado el proyecto de ley de acompañamiento a los presupuestos que debía debatirse a continuación.

El dirigente independentista ha pedido la palabra, usando la prerrogativa que le otorga la normativa del Parlamento catalán, para “dar una serie de explicaciones y decisiones porque la situación lo exige”.

Sacrificios

Seis meses después del inicio de la legislatura, ha dicho, las situaciones “han cambiado”. En enero “hubo dos sesiones de investidura fallidas, por lo que Artur Mas dio un paso al lado, en un gesto noble e imprescindible para que la legislatura de la desconexión pudiera comenzar a caminar, sin obstáculos”. Según el presidente catalán, “había que hacer sacrificios porque había que cumplir con el mandato de los ciudadanos, que querían la independencia”. La CUP, ha subrayado, se comprometió a no votar en contra de esa estabilidad. “Asumí una posición incómoda, pero había gente ilusionada y se merecían la gratitud de sus representantes”, ha añadido en referencia al relevo que él mismo protagonizó como candidato a la presidencia de la Generalitat.

"No es proporcional"

Pero “hoy constatamos con tristeza que un grupo que gana las elecciones con 62 diputados puede retirar a su candidato a la presidencia y hacer posible la hoja de ruta, pero diez diputados no pueden garantizar la estabilidad, no es proporcional”.

Puigdemont cree que con esas condiciones no se puede continuar porque “el gobierno que presido ha perdido la mayoría que necesitaba para impulsar su plan. Se supone que se debe enfrontar al Estado con un presupuesto prorrogado. No tenemos presupuestos, no tenemos estabilidad y tenemos derecho a preguntarnos si la CUP cumplirá futuros acuerdos”. En este sentido, ha dudado de que los antisistema vayan a apoyar los presupuestos de 2017 a partir de ahora. “Yo confiaba en ustedes, les he apoyado hasta el final. Ha traicionado la confianza de miles de ciudadanos que confiaban en la construcción de un Estado propio. Me atrevo a decir que dentro de su partido, hay gente que no lo pasa bien”.

Los restos de un presupuesto

Puigdemont ha revalidado su compromiso de llevar a Cataluña a la independencia y priorizar a las personas por encima de los partidos, pero “todo ello requiere nuevas condiciones”. Por ello, “no quiero alargar innecesariamente el mandato, por convicciones democráticas, no quiero administrar los restos de un presupuesto”.

Por ellos, tras el mes de agosto, con la reanudación del nuevo curso parlamentario “me someteré a una cuestión de confianza para que el Parlamento catalán decida cómo y en qué condiciones continúa mi mandato”.