Ningún presidente de la Generalitat se había sometido hasta ahora a una cuestión de confianza. Carles Puigdemont, consciente de la pérdida de apoyos parlamentarios, ha decidido recurrir a esta figura que, según el reglamento del Parlamento catalán, se aplica sobre un programa de gobierno, sobre una declaración de política general o sobre una decisión de trascendencia excepcional. Si en la votación, el presidente sometido a la cuestión de confianza obtiene una mayoría simple de votos, se entiende que la confianza le ha sido otorgada. A diferencia de la mayoría absoluta, donde se necesita la mitad más uno de votos --la Cámara catalana tiene 135 diputados--, la mayoría simple solo requiere que un número superior de apoyos respecto a otras posiciones.
Escrito motivado
Si la Cámara catalana se la deniega, entonces se tiene que elegir un nuevo presidente. Entre los motivos de cese de un presidente de la Generalitat, el artículo 67.7 del Estatuto de Autonomía incluye la denegación de una cuestión de confianza, inédita en Cataluña.
La cuestión de confianza se debe presentar mediante un escrito motivado en la Mesa del Parlamento catalán. Una vez admitida, se comunica a los portavoces de los grupos parlamentarios y convocar el Pleno con la única finalidad de debatir y votar la cuestión de confianza.