Carles Puigdemont ha lanzado un órdago independentista en Madrid ante un auditorio sin representación de políticos a nivel nacional. El President ha asegurado que tiene la intención de cumplir con el calendario fijado por las fuerzas soberanistas, que prevé declarar la independencia en 18 meses --ahora ya 15-- desde que fue elegido sucesor de Artur Mas.
“Preveemos dos citas electorales más antes de llegar a la independencia”, ha asegurado tras explicar que, en 15 meses “convocaremos nuevas elecciones con carácter constituyente”. El nuevo Parlament se encargará de redactar la Constitución catalana, que será ratificada en referéndum.
'Pinchazo' de público
La visita de este viernes de Puigdemont a la capital para explicar su programa en el Fórum Europa ha tenido un éxito solo parcial de asistencia. El líder catalán ha sido arropado por miembros de su equipo de Gobierno, como Meritxell Borràs, Neus Munté, Francesc Homs o Ferran Mascarell, y algunas figuras como Miguel Herrero de Miñón, Ángel Gabilondo y el ambajador francés Yves Saint-Geours también han hecho acto de presencia.
Sin embargo, destacó la ausencia de representantes de los principales partidos políticos a nivel nacional y de formaciones catalanas no incluidas en Junts el Sí (JxSí).
En plena la conferencia, una militante de Vox ha saltado de entre el público con un ejemplar del Código Penal y unas esposas al grito de “¡Sin ley no hay democracia!”. Puigdemont, no obstante, ha continuado con normalidad su discurso, en el que ha criticado de forma severa la “actitud de despreocupación” del Gobierno en funciones de Mariano Rajoy.
Un referéndum acordado
“No esperaremos con los brazos cruzados. Vamos cumpliendo nuestro programa”, ha asegurado. Para Puigdemont, el margen de acuerdo con el Estado es “una consulta que satisfaga a las dos partes”, pero mientras esta hipótesis no llegue, seguirán “construyendo estructuras de Estado”.
“España debe hacer un cambio en su cultura política. Debe asumir que pactar engrandece y fortalece. Que no es un signo de debilidad, sino un remedio de fortaleza”, ha añadido el presidente de la Generalitat que, pese a afirmar que seguirán con su plan secesionista, ha dejado entrever que sin un referéndum pactado todo los esfuerzos soberanistas quedarían en papel mojado. “No haremos ninguna declaración unilateral”, ha matizado.
La reforma constitucional, "sin fondo"
En relación a una reforma constitucional que debería mejorar el encaje de Cataluña, Puigdemont ha desconfiado de que sirva para recuperar a "esos dos millones de españoles que quieren darse de baja del Estado español”. Ha calificado dichas propuestas de cambio constitucional de “enunciados” sin fondo y ha insisitido en que el único pacto entre ambas administraciones sería la “consulta”.
Puigdemont ha querido dejar claro que su compromiso con la causa separatista es firme y que la pelota pasará inequívocamente a las manos del futuro presidente de Gobierno tras las elecciones de junio.