Ada Colau es la protagonista de un extenso reportaje en el que el periódico birtánico The Guardian se pregunta si es la alcaldesa más radical del mundo; un interrogante que deja sin respuesta. El artículo repasa la vida de la jefa del Ayuntamiento de Barcelona desde su infancia en el barrio del Guinardó, pasando por sus primeras manifestaciones, el activismo y compromiso político de principios de milenio, hasta su actual responsabilidad en la Administración.

El 5 de febrero del 2013, día en el que Colau hizo un discurso en la Comisión de Economía del Congreso y llamó “criminal” a Javier Rodríguez Pellitero, el vicesecretario general de la Asociación Española de la Banca, se presenta como la fecha en la que empezó todo. El rotativo británico considera a la alcaldesa y a todo el movimiento del cambio como modelo de la “nueva política” occidental, un concepto extendido pero que en el caso de España tiene “algo de verdad”.

La primera

Colau fue la primera mujer en convertirse en alcaldesa de Barcelona; su partido, el primero en ocupar un gobierno municipal controlado durante 35 años por fuerzas de centro (PSC i CiU); y los indignados fueron el primer movimiento de estas características en el mundo en canalizarse como opción política. Para The Guardian, todo esto sirve de ejemplo para la izquierda radical europea.

“Populismo sincero pero trabajado cuidadosamente”. Así es como el texto define el discurso de Colau. De la situación actual, destaca los malabarismos para encontrar apoyo en el ayuntamiento, el pacto con el PSC y los disturbios de esta semana en el barrio de Gràcia. “¿Vale la pena? ¿No sería mejor impulsar el cambio desde fuera?”, se pregunta el diario.

Una agenda “radical”

“Domesticar la industria turística” es el mayor reto al que se enfrenta la alcaldesa, según el artículo, que define el objetivo de las medidas emprendidas como “alejarse del turismo masificado e insostenible”.

Pero lo que más destaca el diario es el poder que tiene, “incluso más que Podemos”. La herencia de barricadas, la CNT y Salvador Puig Antich han influido en su forma de hacer activismo y política. Para el periódico, la victoria en las elecciones municipales ya fue un triunfo, que continuó con las primeras medidas: rebaja de su propio sueldo, eliminación de coches oficiales, etc. Pero “¿se puede llevar a cabo su agenda radical?”