No ha sido fácil dar el salto de la política a la moda. Pero Joana Ortega (Barcelona, 1959) necesitaba un cambio. La exvicepresidenta del Gobierno catalán deja atrás la traumática ruptura entre CDC y UDC, formación esta última a la que todavía pertenece, y un proceso secesionista que le ha supuesto una querella de la Fiscalía por organizar la consulta del 9 de noviembre.

"Lo que hicimos, lo hicimos bien hecho, no me arrepiento. Yo siempre intenté el diálogo y siempre lo llevaré en la mochila, lo que me sabe mal es que temas políticos acaben en los juzgados. Pero no me arrepiento porque creo que no hicimos nada que estuviera en contra de la ley", explica a Crónica Global en su showroom situado en la calle Tuset de Barcelona. Ortega forma un excelente tándem con el diseñador Rafael del Valle, pues ella pone los contactos y él, la experiencia profesional. El resultado es la empresa Sotto Voce, que comercializa en exclusiva la marca Tenax.

"Mi pasión"

La exnúmero dos de la Generalitat confiesa que le fue difícil abandonar la política, "mi principal pasión y ocupación", pero "fue un paso muy pensado. Creí que, después de un etapa muy larga, tenía que empezar otra. Y tenía ganas de aprender un negocio". Combina la moda con la asesoría a empresas en materia de transparencia, gestión de crisis e imagen de marca, a la que dedica las mañanas. Y por la tarde, se ocupa de su showroom. "Cada mujer expresa su personalidad a través de su forma de vestir", comenta, y por eso ofrecen "piezas exclusivas, diferentes y singulares".

Contactos

Explica que mantiene buenas relaciones con el expresidente Artur Mas, con la exconsejera de Educación Irene Rigau y con el exconsejero de Presidencia Francesc Homs, que también tienen cuentas pendientes con la justicia por la consulta del 9N. También tiene buena trato con la actual consejera de Presidencia, Neus Munté.

Ahora mira la política desde una distancia prudencial y disfruta de su nueva vida. "Estoy encantada, me gusta lo que hago", concluye.