Los ministros de Finanzas de la Eurozona han alcanzado este miércoles un acuerdo político para desbloquear un segundo tramo, de 10.300 millones de euros para Grecia en el marco del tercer rescate, que se otorgará en varios pagos, de los cuales el primero, de 7.500 millones, podría desembolsarse en junio.
El Eurogrupo se reunía este martes para decidir si las últimas reformas aprobadas por Grecia, entre ellas una reforma fiscal y la creación de un fondo de privatizaciones, eran suficientes para cerrar la primera revisión del rescate. Tras casi 11 horas de debate, los ministros de Finanzas de la zona euro han alcanzado un acuerdo político.
Rescate enderezado
Antes de que esta revisión pueda ser cerrada formalmente, el Grupo de Trabajo del Eurogrupo debe verificar en los próximos días la implementación de las reformas adoptadas por Atenas. En particular, la reforma de las pensiones y la finalización de las medidas pendientes en el campo de las privatizaciones.
El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, ha destacado en rueda de prensa posterior a la reunión que se trata de "muy buenas noticias" puesto que el acuerdo demuestra que el rescate de Grecia está "totalmente en su senda".
El FMI, abierto a sumarse
El director del departamento europeo del FMI, Mathias Thomsen, ha abogado llevar a cabo una reestructuración de la deuda de Grecia que, a su juicio, el país heleno no puede hacer por si solo. En este sentido, el mandatario del FMI ha celebrado que todas las partes interesadas "reconozcan que la deuda griega es insostenible".
El segundo pilar de ajustes estipuladas por el Eurogrupo incluye medidas de alivio de la deuda, imprescindible para que el FMI se sume al tercer rescate. Thomsen ha señalado que su equipo de trabajo recomendará a la Junta de Gobernadores del organismo dirigido por Christine Lagarde que apruebe su participación en el rescate de Grecia antes de que finalice este año.
La quita
Se trata de un compromiso etéreo, pero real, de permitir una quita de la deuda griega en cuanto a los plazos de amortización y a los tipos de interés que no se hará visible hasta que Alemania haya celebrado sus elecciones legislativas, previstas para 2018.
El Gobierno alemán, el gran defensor de la austeridad, no quiere verse perjudicado por la reestructuración de la deuda griega, a la que siempre se había opuesto.