El Gobierno catalán acaba de aprobar los presupuestos para 2016, pero su entrada en vigor depende de una mayoritaria parlamentaria que, hoy por hoy, no tiene. Todas las miradas están puestas en la CUP, el supuesto socio preferente de esta legislatura.
Supuesto porque, desde que Puigdemont fue investido presidente de la Generalitat el 10 de enero tras una negociación de infarto, los antisistema han votado 62 veces en contra de Junts pel Sí, coalición formada por CDC y ERC, tanto en sesiones plenarias como en comisiones de la Cámara catalana. Es decir, que los cupaires han votado de forma diferente a JPS una media de tres veces por semana.
De esas 62 ocasiones en las que se han podido visualizar esas divergencias, la CUP hizo perder votaciones al Govern 17 veces y en otras cinco ha forzado la división del voto dentro de la coalición de JxSí, dando lugar a votaciones surrealistas.
ATLL, educación, sanidad
Las estadísticas demuestran que la CUP nunca fue un socio fiable para JxSí, aunque el expresidente Artur Mas se empeñe en mostrar la firma del acuerdo entre ambas partes en sus comparecencias en los medios. Si hasta ahora, los antisistema han dejado caer a las formaciones que dan apoyo al Govern en tantas ocasiones, resulta difícil aventurar que, finalmente, apoyarán la ley de presupuestos presentada ayer por el vicepresidente Oriol Junqueras, la más importante de toda legislatura.
La presión de los sectores más radicales de la CUP y las diferencias entre convergentes y republicanos en materia fiscal (una crisis cerrada en falso) no auguran nada bueno para las cuentas catalanas.
Una de las votaciones más decisivas que visualizó ese abismo entre JxSí y la CUP se refiere a la chapuza que supuso la privatización de ATLL. El Govern presentó una enmienda a la totalidad de la proposición de ley presentada por los socialistas con la finalidad de devolver la gestión pública a esa empresa, pero la CUP votó en contra.
Sin embargo, son las políticas sociales las que más divergencias han creado entre ambos socios de legislatura. El cierre de líneas escolares, la mejora del transporte sanitario, la financiación de guarderías o las políticas de salud laboral han provocado votaciones dispares entre la CUP y JxSí.
Fraude fiscal, altos cargos
Asimismo, los antisistema lograron que el Govern perdiera votaciones relacionadas con la lucha contra el fraude fiscal, la reducción altos cargos, las subvenciones a medios de comunicación o la mejora de las coordinación entre las agencias tributarias española y catalana.
Por otro lado, cuestiones relacionadas con la memoria histórica, las subvenciones a centros escolares que segregan por sexo o la derogación de la reforma laboral del PP han dado lugar, no solo al voto diferente entre CUP y JPS, sino a la división entre ERC y CDC.