Se esperaba lleno absoluto. Se llenó. Presidía la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes; hablaba la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz. Gran expectación y oído fino a su discurso. "Dos años hace que no vengo a Madrid", pero tengo ganas de pasar ya Despeñaperros, le faltó añadir. Porque su discurso, amplio, largo y sosegado voló por encima de las mesas sin mojarse en ningún café. Discurso mirando a Moncloa. Vamos, Pedro, que tras el verano vengo yo a Ferraz, le faltó decir. Decirlo con claridad, porque entre líneas sí lo dijo.

Hizo un llamamiento a "que el PSOE tiene que ganar" y que ella quiere asistir a la investidura de Pedro Sánchez como presidente. "Eso quiere decir que ha ganado las elecciones". Y Andalucía será su principal apoyo. El PSOE "no sabe hacer otra cosa" que ganar. Que en el gobierno en la sombra no haya representantes se la federación andaluza no le preocupa a Díaz "porque cada uno hace sus equipos". Apuntó que ahora no hay que entrar en cuestiones internas del partido. "Ahora hay que hablar de España y de qué ofrecemos a España". "Me voy a dejar la piel apoyando al partido en estas elecciones". Mucho España en su discurso. Suena raro. Matizó que "su responsabilidad acaba en Despeñaperros" y en el próximo congreso hablaremos del futuro del PSOE. De paso elogió a Eduardo Madina, presente en el acto, porque "donde va, suma" y "es una de las cabezas más brillantes del PSOE". Pero ella no le apoyó en las primarias frente a Pedro Sánchez.

"Generosidad"

Con un análisis de la situación política actual comenzó la presidenta andaluza su conferencia y destacando que el bloqueo político "será muy nocivo para España si se vuelve a producir". Y no es imposible aunque "España no está vacunada para algo similar". Criticó la falta de diálogo en estos cinco meses "quien cierra la puerta al diálogo abre la puerta a la inestabilidad" y la pasividad de Mariano Rajoy, "España no se merece estar otros seis meses sin gobierno" para lo que pidió "generosidad" por parte de los políticos". De todos "y yo me incluyo".

Ha pedido a los políticos "generosidad y altura de miras". Esto de "altura de miras" no sabe muy bien a quien iba dirigido pues Pedro es bastante alto y ha sido el que ha buscado "con más generosidad e interés una salida" a la parálisis gubernamental. Y ha sido "por intereses personales" y le ha dejado un recadito a Podemos "pues depende con qué Podemos se negocie" para conseguir acuerdos o no.

No se ha olvidado de la reforma laboral del PP y ha llamado la atención sobre la reforma fiscal anunciada, "propia de una urgencia electoral". Reclamó unas pensiones dignas, "no hay pensiones dignas sino hay salarios dignos", de su congelación en los años de gobierno del PP y de la ruptura del Pacto de Toledo al romper todo diálogo y esquilmar la reserva de la Seguridad Social, "que tenía 66.000 millones de euros" cuando Zapatero dejó el gobierno.