Aparentemente, las primarias para elegir al candidato de CDC a las elecciones generales del 26 de junio transcurren plácidamente y existe un cierto fair play entre los candidatos que se presentan, Francesc Homs y Silvia Requena. Pero lo cierto es que existen fuertes turbulencias en ese proceso de elección, inédito en Convergència.
El motivo es que la candidata no oficial está obteniendo más apoyos territoriales de los previstos. Y aunque es difícil que Homs pierda en esa pugna, dado que cuenta con el respaldo del aparato convergente, lo cierto es que Requena no le anda a la zaga. Incluso en Osona, la comarca natal de Homs, donde el exconsejero de Presidencia está lejos de lograr el 100% de los apoyos.
Esta candidata por sorpresa tiene como padrino al exconsejero de Justicia, Germà Gordó, quien en las últimas semanas ha intensificado sus contactos con las agrupaciones territoriales del partido. Como se sabe, Gordó es uno de los candidatos a convertirse en el hombre fuerte del partido, cargo al que también aspiran otros dirigentes como Jordi Turull y Carles Campuzano.
Recelos
Gordó se ha convertido en una amenaza para las ambiciones de Artur Mas, quien pretende entregar las riendas de la formación a Turull, a la espera de decidir si él mismo vuelve a la primera línea política. Las ambiciones de Gordó, que años atrás controló las finanzas de CDC y formó parte de la guardia pretoriana del expresident, provoca tal inquietud que, según ha podido saber Crónica Global, Mas ha llegado a controlar sus apariciones mediáticas e incluso ha intentado vetarlas.
Ante este recelo, Gordó es prudente pues quiere evitar que el expresidente opte por imponer orden manu militari en el partido. Pero el exconsejero no baja la guardia. "A Gordó no le va eso de pisar la calle o visitar los mercados, pero sabe relacionarse con los alcaldes de las ciudades más importantes y con empresarios y banqueros influyentes", asegura un miembro de su equipo.
Hombre de orden
Este hombre de orden, católico confeso y enemigo de los extremismos soberanistas, tiene varios ases en la manga: cuenta con grandes apoyos en la agrupación de Barcelona --donde pugna por convertir a otro moderano, Santi Vila, como candidato a la alcaldía de la Ciudad Condal--, así como en Lleida o Tarragona. Curiosamente, fue Mas quien le convenció para que no abandonara la política, pues Gordó quiso volver al sector privado tras cesar como consejero.
Toda esta disputa por el control del partido se tiene que resolver en el congreso que CDC celebrará los días 8, 9 y 10 de julio. Pero las primarias para formalizar al candidato para las generales se han convertido en un banco de pruebas de cara a esa lucha final en el que los aspirantes miden sus fuerzas.