El ministro de Finanzas de Andorra, Jordi Cinca, ha negado haber tenido cualquier vinculación con diamantes de sangre, señores de la guerra liberianos u otra actividad ilícita a través de la empresa Orfund, de la que fue accionista y directivo entre 1995 y 2000. Cinca ha respondido así este jueves en una entrevista en RTVA en la que ha rechazado todas las acusaciones vertidas contra él en las últimas semanas.
El ministro ha reconocido "estar tocado" por estas informaciones. "He pensado en dimitir, pero no por lo que están diciendo, sino porque desde el lado personal es duro", ha admitido, pero ha asegurado que no lo hará porque su entorno más cercano y el propio jefe del Gobierno andorrano le han animado a seguir al frente de sus responsabilidades públicas.
"Sabíamos de dónde venían los diamantes"
Cinca --salpicado también por los Papeles de Panamá-- ha explicado que Orfund importaba legalmente metales preciosos de Mali, Costa de Marfil y Liberia, y que los diamantes, principalmente, los compraban a productores locales cercanos a Monrovia (capital de Liberia).
"No es que no se comprobase [el origen de los diamantes] es que sabíamos de dónde venían, de esas pequeñas explotaciones", ha subrayado Cinca. En ese sentido, ha insistido en que se trataba de una "actividad corriente" y "legal" con todos los papeles en regla. Y ha negado que supiera que alguno de los proveedores fuera un señor de la guerra". "No hay más", ha zanjado.
El ministro de Finanzas andorrano ha señalado que el hecho de que coincidiera en el tiempo la actividad de Orfund en Liberia con el mandato del dictador Charles Taylor al frente del país --condenado a 50 años de cárcel por crímenes de guerra y lesa humanidad-- no le convierte a él en un delincuente.
Campaña para "desestabilizar el Gobierno"
Cinca se ha mostrado convencido de que todo el escándalo responde a una campaña para "desestabilizar el Gobierno de Andorra", aunque no ha sabido o querido decir quién sospecha que está detrás de ella.
El ministro de Finanzas andorrano ha argumentado que el hecho de que todos estos documentos estén saliendo a la luz de repente, dos décadas después de que se realizasen las actividades, y coincidiendo con el caso BPA --del que ha defendido su actuación--, demuestran que el objetivo es hacer daño al Gobierno del país pirenaico.
"Al final Jordi Cinca será el culpable del cambio climático", se ha atrevido a ironizar. Y ha anunciado que sus abogados están estudiando la posibilidad de querellarse contra los medios de comunicación que le han acusado de actividades ilícitas.