En la carta, firmada por Joaquim Arenas i Sampera, presidente del grupo Lengua y República que impulsó la publicación del Manifiesto Koiné --firmado por 200 lingüistas-- se denuncian "las malas interpretaciones" que se han hecho del documento, “atribuyendo aquello que no dice y suponiéndole intenciones que no tiene ".
Subraya que el manifiesto "no defiende el monolingüismo", ni la definición de una "oficialidad única" del catalán como se le ha atribuido "de mala fe”. Denuncia que "no pretende definir ningún programa político ni tampoco ningún futuro marco jurídico" y que no denuncia que los individuos hablen varias lenguas, sino "la ideología política del llamado bilingüismo".
"Eje integrador"
Lo que se defiende, aclara, es que "el catalán y que el occitano en Arán se conviertan, en la futura República, el eje integrador en un marco de asunción pública del multilingüismo".
El comunicado llama la atención sobre el hecho de que el polémico manifiesto no contenía expresiones que calificaran a la población de origen inmigrante de colonos. "Simplemente remarca la conocida voluntad del franquismo de utilizarla como instrumento involuntario de colonización", dice. "Colonización lingüística es aquí una expresión equivalente a la de sustitución lingüística y así es empleada por la ecolingüística".