Obras faraónicas cuya construcción se investiga en los tribunales, y obras que ni tan siquiera llegaron a existir. Es el legado de lo que fue la última legislatura de Jaume Matas (2003-2007), empeñado en impulsar infraestructuras, o más bien mausoleos, que reflejasen la transformación que quería ver proyectada en Baleares y por la que, en sus delirios de grandeza, pudiera ser recordado años después.
El mayor hospital público de las islas, un velódromo --el Palma Arena-- cuyo presupuesto inicial fue superado en más de 45 millones de euros, autopistas, metros infrautilizados, y un palacio de la ópera que nunca llegó a ser construido. Proyectos estrella en su día, imagen del esplendor que el exministro quería concebir a su alrededor, y bajo lupa judicial en la actualidad por fraudes y desvíos millonarios.
Contratación a dedo de Calatrava
Condenado en el primer juicio del caso Palma Arena por beneficiar al periodista que le ensalzaba en sus artículos --nueve meses de cárcel que tuvo cumplir íntegramente--, y por un delito de cohecho por la contratación ficticia de su mujer en una cadena hotelera, Matas se encuentra a las puertas de ser juzgado por la contratación a dedo del arquitecto Santiago Calatrava --también en la diana por las irregularidades que rodean a sus obras--, quien cobró hasta 1,2 millones de euros públicos por el anteproyecto de la ópera inexistente.
Tras años bajo investigación, la Audiencia de Baleares ha confirmado que el exmandatario balear, que estos meses está además siendo juzgado por el caso Nóos, debe continuar imputado como paso previo a sentarse en el banquillo de los acusados por los pagos a Calatrava.
Cuatro delitos
Sobre el expresidente pesan, en concreto, delitos de prevaricación administrativa, malversación de caudales públicos, fraude continuado a la administración y falsedad en documentos oficiales. Ahora está en manos de la Fiscalía Anticorrupción y la abogacía de la comunidad autónoma concretar las penas que solicitan para él.
A pesar de que la defensa de Matas negaba que hubiera indicios de delito en la tramitación del expediente de contratación del arquitecto valenciano, el tribunal da la razón al juez José Castro, quien instruyó estas pesquisas, por cuanto el exlíder del PP balear habría ordenado amañar un procedimiento "cargado de irregularidades".
Proyecto electoralista
Contundente, Castro sostiene en este sentido que si Matas proyectó un palacio de la ópera en Palma, tan solo meses antes de las elecciones autonómicas de 2007, fue con la única finalidad de que "el partido político que le sustentaba y que presidía obtuviera una decisiva ventaja" en los comicios, "a sabiendas de que la ejecución de tal proyecto no estaba en su horizonte decisorio, cuando menos a corto ni a medio plazo".
De este modo, decidió contar, sin la convocatoria de ningún tipo de concurso, con los servicios de Calatrava, que percibió del erario público balear un millón de euros por la concepción del anteproyecto, 60.000 por la maqueta de la Bahía de Palma donde estaba previsto que se construyera la ópera, otros 60.000 por la maqueta del edificio y 80.000 por un vídeo explicativo y de presentación del proyecto.
Una presentación que fue pagada pero que finalmente no se llevó a cabo porque así lo prohibió, tan solo unas horas antes, la junta electoral ante la proximidad de las elecciones. El juez Castro apunta además a "las conexiones escandalosamente evidentes" entre las empresas adjudicatarias que habían trabajado en el acto, que percibieron unos 100.000 euros fraccionados en 11 contratos menores a fin de que estos pudieran ser adjudicados de forma directa.