Íñigo Errejón puso punto y final este martes a su autoretiro impuesto tras la decisión del líder de Podemos, Pablo Iglesias, de destituir a Sergio Pascual como secretario de organización del partido. Lo hizo en una rueda de prensa en el Congreso en la que reconoció públicamente su discrepancia. “Es obvio que no comparto todas las decisiones de mi secretario general”, manifestó.
Habló de “tensiones organizativas” en Podemos que no impedirán proseguir con el “trabajo juntos” de la cúpula de Podemos para pactar “lo fundamental”. Es decir, en hacer realidad “las ansias populares de cambio”.
Discusiones pendientes
Errejón reiteró su “lealtad” con el proyecto político del partido morado, que consiguió cinco millones de apoyos en las urnas en diciembre a los que se deben “dar respuestas”. “Este tiempo de mayor reposo y de mayor silencio, por lo menos púbico, que no de trabajo interno y parlamentario, me ha servido también para una elevación de miras”, añadió.
No habrá batalla en el consejo ciudadano del partido que se convocará para ratificar en el cargo a Pablo Echenique, pero sí un intercambio de opiniones entre las diferentes sensibilidades de la formación.
“Quedan discusiones pendientes hacia el futuro”, sentenció.
Buena sintonía con el PSOE
Sobre la posibilidad de alcanzar un acuerdo que facilite la investidura de Pedro Sánchez, el 'número dos' de Podemos indicó que se ha percibido “buena sintonía” con el líder del PSOE, sin que ello implique un optimismo desatado porque es “muy pronto” para ello.
La crisis interna de la formación sigue abierta en el momento en el que la negociación con los socialistas llega a un momento crucial.