Fernando Martínez-Maillo, Pablo Casado, Andrea Levy y Jorge Moragas con el nuevo logo del PP.

Fernando Martínez-Maillo, Pablo Casado, Andrea Levy y Jorge Moragas con el nuevo logo del PP.

Política

El fiasco de los jóvenes cachorros del PP

Los nuevos fichajes de Rajoy no han sabido mejorar la comunicación del partido y sacrifican la acción territorial a la cuota mediática

21 marzo, 2016 21:12

Hace ocho meses, el líder del PP, Mariano Rajoy, presentó a su renovada ejecutiva. Desde entonces han pasado muchas cosas, no precisamente favorables para la formación popular --nuevos casos de corrupción, victoria agridulce en las elecciones del 20D…-- que han puesto a prueba a esos jóvenes cachorros llamados a regenerar y potenciar el partido. Una oportunidad perdida, según indican algunas fuentes del PP, tras constatar que la juventud no es sinónimo de éxito.

Ni la comunicación, en manos de estos nuevos dirigentes, ni la acción territorial han mejorado durante este tiempo. Una circunstancia que azuza el ruido de sables sucesorios en Génova. “¿Es que nadie es capaz de decirle al presidente del partido que deje el plasma?”, se pregunta un dirigente del PP, en alusión a las comparecencias sin preguntas de Rajoy.

Contactos

A pesar de esa imagen presuntamente remozada, el presidente del Gobierno en funciones sigue confiando plenamente en su jefe de gabinete, Jorge Moragas, pero tras la campaña de las elecciones generales “es como si la tierra se lo hubiera tragado”, afirman en el partido. La mano derecha de Rajoy no ha podido o no ha sabido pilotar la estrategia negociadora de cara a la investidura, prácticamente invisible, aunque insisten en que ha habido contactos, eso sí menos mediáticos que los de Pedro Sánchez (PSOE) y Albert Rivera (Ciudadanos). Admiten, no obstante, que si esas reuniones no trascienden es como si no existieran y que esa prudencia choca con el deseo de hacer territorio que el propio Rajoy imponía a Moragas durante la campaña.

Hacer calle, contactar con las bases, reunirse con la militancia es precisamente una de las debilidades de ese relevo generacional, representado por Fernando Martínez Maíllo, Pablo Casado y Andrea Levy. Los dos primeros debutaron con polémica en sus nuevos cargos de partido.

El primero, responsable de organización del PP, había sido imputado en el caso Caja España, mientras que el segundo, al frente de la comunicación de los populares, tuvo que exorcizar un pasado junto a José María Aznar y sus negocios con Gadafi. Ambos han protagonizado broncas verbales con la oposición, lo que algunos dirigentes del partido ven como una demostración de debilidad.

Plantón a la CECOT 

Mención especial merece Andrea Levy, vicesecretaria de Estudios y programas del PP, a quien se le acumulan los cargos tras una fulgurante carrera en el partido. Diputada en el Parlament y miembro de la Ejecutiva catalana, Levy ha hecho bueno el refrán “quien mucho abarca, poco aprieta”.

Hace varias semanas, la joven política dejó plantadas a una veintena de representantes de la patronal catalana CECOT para acudir a un programa de televisión. Y es que la nueva política que representan formaciones como Podemos y Ciudadanos ha subrayado la importancia de las cuotas mediáticas. El PP lo sabe y sus dirigentes intentan sumarse a esa estrategia, olvidando en algunos casos la importancia de la acción territorial.

El caso Albiol

Xavier García Albiol, barón territorial del PP, lo sabe y predica con el ejemplo. Al igual que Rajoy, se ha rodeado de jóvenes dirigentes que, a la espera de la celebración de un congreso que le permita acometer una renovación en serio --debe esperar a que Génova lo haga--, han dado aires de cambio al PPC. Entre ellos se encuentra el coordinador de política de innovación, Alberto Palatchi, heredero de la firma Pronovias, o Mar Llambí, secretaria de comercio del PPC. Ambos tienen 25 años, una edad que nos les permite todavía tener ascendente dentro del partido.

Albiol “está muy solo”, afirman fuentes cercanas al exalcalde de Badalona, y su hombre de confianza es Ramon Riera, con quien ha compartido sus vivencias municipales. Riera, de 56 años, no encarna precisamente ese relevo generacional. Tampoco es nueva en las lides populares la diputada en el Congreso Dolors Montserrat, en quien Albiol también se apoya y que sí cuenta con el apoyo de amplios sectores del partido.