Ya es oficial. La política social suscita posiciones irreconciliables entre Junts pel Sí (CDC y ERC) y la CUP, formaciones que tienen un acuerdo de legislatura --Artur Mas siempre lleva ese documento en el bolsillo en sus comparecencia mediáticas--, pero que a la hora de la verdad, votan separadas. La lucha en común a favor de la independencia de Cataluña no es suficiente para mantener cohesionados a estos dos grupos parlamentarios, pues las diferencias ideológicas entre CDC y la CUP son abismales.
Los antisistema se desmarcaron de Junts pel Sí en 10 de las 40 propuestas de resolución aprobadas en el Pleno monográfico sobre emergencia social celebrado esta semana en el Parlament. El desencuentro vivido en la Cámara catalana apunta a antesala de lo que ocurrirá con los nuevos presupuestos de la Generalitat para 2016, si es que, finalmente, el Gobierno de Carles Puigdemont se atreve a presentarlos.
ERC versus CDC
Ambas partes no lograron consensuar una postura común sobre la ampliación de la renta mínima de inserción, derecho a la vivienda, salud, igualdad de género y cohesión social, entre otras. Curiosamente, los diputados de la CUP votaron divididos respecto a las ayudas a los autónomos, pues ocho apoyaron esa iniciativa y otros dos votaron en contra.
El rechazo a la reforma laboral del PP dio lugar a una situación todavía más fragmentada en los partidos independentistas, pues JxSí optó por la libertad de voto: los 27 diputados de ERC votaron a favor y los 34 diputados de CDC se abstuvieron --CiU apoyó la reforma del PP en 2012--, mientras que la CUP también votó a favor. Y es que Esquerra también vive inmersa en su contradicción ideológica, que es el peaje que debe pagar --¿electoral?-- por gobernar junto a Convergència.
Acercamiento a CSQEP
En esas votaciones se asistió a un acercamiento de los antisistema a Catalunya Sí Que Es Pot (CSQEP), tras el cruce de reproches que protagonizaron semanas atrás a cuenta del proceso secesionista. En materia social, la izquierda pesa y ambos partidos coincidieron en temas de vivienda, política económica y fiscal o renta mínima de inserción. CUP y CSQEP han mantenido reuniones, con anterioridad a la agresiva carta que los diputados enviaron a Lluís Rabell, y más recientemente, para hablar de temas sociales e identitarios.
El proceso secesionista supone un escollo para el entendimiento y los antisistema tildan de "linchamiento" que CSQEP hurgue en sus contradicciones, dado que la CUP apoya a un partido tan liberal y capitalista como CDC.