Las tres cartas que constan en el expediente reservado de Salvador Puig Antich tienen fecha del día 1 de marzo de 1974, es decir a escasas 24 horas de su ejecución. Fueron escritas desde los calabozos de la cárcel Modelo y tiene por destinatarios a sus padres, su novia y su hermano.

En las tres cartas, Puig Antich demuestra una extraordinaria entereza, al menos a tenor de la solidez y sobriedad de sus argumentos. Por ejemplo, en la carta que dirige a Marga (Margalida, una amiga intima), concluye con un “animo chiquita, será un golpe fuerte para ti, pero no dudo que poco a poco te iras afirmando como persona”.

La siguiente carta tiene por destinatarios a los miembros a la familia Antich-Segura: “Aceptar la responsabilidad es, a veces, bastante duro pero en estos momentos sois vosotros los que tenéis que soportar una situación violenta, que sin vosotros querer, os ha venido dada.

Hablar ahora me es muy difícil, sólo deciros que os quiero, y animaros” 

Por último, la tercera de las cartas va dirigida a su hermano Quim, quien se encontraba en Nueva York, donde ejercía de psiquiatra.

 

“Yo he roto con todo, y acepto mis responsabilidades. Sangre que se derramará, pero no inútilmente. Bien muchacho, todo lo que posiblemente podría decirte va en el interior de estas líneas y en la tristeza del viento. Te quiero”.

Las tres misivas, interceptadas por la policía horas antes de la ejecución del anarquista catalán, concluyen con un “salud y anarquía”.