Dicen que el roce hace el cariño. Sobre todo el roce político. Así lo ha demostrado la nueva izquierda catalana que, bajo la órbita de Podemos, pide paso con Ada Colau como líder en ciernes.
La alcaldesa de Barcelona predica con ese ejemplo familiar y cuenta con su marido, Adrià Alemany, como asesor en el consistorio. La designación a dedo de este extrabajador de la Fundación del FC Barcelona fue muy criticada por la oposición municipal. Colau alegó que su pareja cobraba del partido, Barcelona En Comú, y no del ayuntamiento.
Quien sí recibe emolumentos municipales es Vanesa Valiño, asesora de vivienda, pareja sentimental del primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello.
"ICV son cuatro, y dos son pareja"
En los mentideros políticos corre la frase “ICV son cuatro, y dos son pareja”. El dicho tiene su origen en la pareja formada por Imma Mayol y Joan Saura, que capitanearon el partido allá por los años noventa. Pero la historia se repite.
David Cid, coordinador de ICV en Barcelona y que también ha hecho labores de asesoramiento en el Ayuntamiento de Barcelona, es pareja de Janet Sanz, concejal del consistorio. Circula el rumor de que Sanz tiene muy malas relaciones con Laia Ortiz, segunda teniente de alcalde y que, al parecer, fue novia de Cid en el pasado.
Endogamia o nepotismo
La endogamia “progre”, que para los adversarios políticos de la marca podemita en Cataluña es “nepotismo”, tiene sus ramificaciones en el Parlamento catalán y en el Congreso. Albano Dante Fachín es diputado en la Cámara catalana por Catalunya Sí Que Es Pot (CSQP) y pareja de Marta Sibina, diputada en el Congreso por En Comú Podem.
Todos estos nombres están llamados a protagonizar ese futuro movimiento de la izquierda catalana que ya ha eclipsado al PSC, ha comido terreno a ERC, ha absorbido a los ecosocialistas y, en breve, fagocitará a la CUP. Y si no, al tiempo.