El acuerdo entre la CUP y Junts pel Sí para investir a Carles Puigdemont como presidente de la Generalitat ha pasado factura a la formación anticapitalista. El acuerdo, cerrado en el plazo límite antes de tener que convocar nuevas elecciones en Catalunya, no satisfizo a algunos de los sectores del partido más combativos con CDC. Y ahora uno de ellos anuncia que abandona la formación.
La organización Corrent Roig, integrada hasta ahora en la CUP ha anunciado que deja la formación porque considera que ésta ha perdido "independencia política" tras el acuerdo de investidura con JxSí, según ha informado este domingo en un comunicado.
"Extrema gravedad"
Corrent Roig señala que el acuerdo es un hecho de "extrema gravedad" porque cuestiona el rol rupturista de la CUP al supeditarla a un gobierno catalán sumiso a la Unión Europea (UE) y a la Troika y, por lo tanto, contrario a los intereses del pueblo trabajador, según afirman.
La organización considera que el Ejecutivo de Puigdemont será una traba en el camino hacia la "República catalana", y alerta de que, con el acuerdo con JxSí, la CUP está condenada a convertirse en la ala izquierda parlamentaria del Govern.
Corrent Roig, de inspiración trotskista, y referente catalán de Corriente Roja, era hasta ahora una corriente minoritaria dentro de la multitud de organizaciones integradas en la CUP. Entre ellas destacan dos: Endavant-OSAN, que se opusieron a investir a Artur Mas como president, y cuya representante más visible es la diputada Anna Gabriel, y Poble Lliure, herederos del Moviment de Defensa de la Terra, y que tienden a primar la cuestión independentista ante las reivindicaciones sociales.