CDC ha participado este domingo con armas y bagajes en las movilizaciones de la Plataforma en Defensa de l'Ebre en contra del Plan Hidrológico de la cuenca del Ebro, aprobado por el Gobierno en funciones, y que resucita el aparcado proyecto del Plan Hidrológico Nacional del expresidente Jose María Aznar de trasvasar agua del Ebro a otras cuencas. Un proyecto que se aprobó en 2001 con los votos a favor de CiU.
El apoyo a las proptestas lo ha manifestado CDC como partido y, además, desde el Govern. El consejero de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat, Josep Rull, ha afirmado que la "batalla" contra el Plan Hidrológico es muy sólida, y que se basa en criterios científicos y técnicos. Ha opinado que el plan "no garantiza" los cauces ambientales y ecológicos, y que es malo para los regadíos, porque no prioriza su modernización.
Puigdemont, el Ebro y la independencia
Más contundente ha sido el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, que ha calificado el plan de "amenaza social". Y que ha apuntado que "es un motivo más" para reclamar la independencia de Cataluña, porque "la UE no permite planes hidrológicos en ríos que pasan por más de un Estado".
Las protestas han sido secundadas por todos los partidos con representación en el Parlament, excepto PP y C's. El PSC ha criticado el plan porque, sefún explica, se aprobó sin tener en consideración las alegaciones hechas desde cataluña. En Comú Podem lo ha calificado de "medida ilegítima". ERC ha enviado a la marcha a su máximo líder, Oriol Junqueras, que ha opinado que el plan pone en peligro la supervivencia del Ebro.