Societat Civil Catalana (SCC) ha celebrado una concentración este mediodía en la plaza de Sant Jaume de Barcelona, entre las sedes de la Generalitat de Cataluña y el Ayuntamiento de Barcelona, para denunciar los perjuicios que el proceso hacia la independencia, el llamado procés, causa a los catalanes.
El acto ha culminado la campaña de esta organización denominada El procés ens roba, emulando el estribillo de los independentistas de Madrid ens roba. Y a él han asistido personas procedentes de las cuatro provincias catalanas que enarbolaban banderas española, catalanas y europeas.
Algunos partidos, como el PP y Ciutadnas se han adherido al acto.
Los derechos de los no nacionalistas
Rafael Arenas, presidente de la organización, se ha dirigido a los concentrados para reivindicar el derecho de los no nacionalistas a ocupar la emblemática plaza de Sant Jaume, escenario habitual de las manifestaciones en sentido contrario, de la misma manera que tienen derecho a ser representados por las instituciones catalanas.
También ha subrayado que la amenaza del independentismo está tan viva como antes. “Quizás en algunos medios o despachos pueden pensar que el anuncio de que no habrá una DUI en los próximos meses es suficientemente tranquilizador; pero no lo es para quienes estamos aquí, que padecemos una administración que ha hecho explícito que implementará su hoja de ruta separatista y contraria a la ley”.
Desde su punto de vista, los defensores de la independencia hablan de radicalidad democrática, y piden un referéndum que “no es más que un pretexto para continuar con el proceso infinito”.
Se olvidan, dice Arenas, de que la democracia exige la “neutralidad de las administraciones, el respeto a las ideas de los demás y que la escuela sea un lugar de formación y no un instrumento de nacionalización”. Se olvidan de todo esto, ha dicho, pero hoy estamos aquí para recordárselo.
"Perversión democrática"
Joaquim Coll, vicepresidente de la asociación, ha subrayado la contradicción --“perversión democrática”-- que supone reconocer que el separatismo no tiene mayoría social, pero estar "decidido a seguir adelante un proceso que divide profundamente a los catalanes”, como hace el Govern de Puigdemont y Junqueras.
Coll también ha detallado el contenido del eslogan de la propia concentración, más allá de denunciar que el procés ni es legal ni dispone de ningún mandato democrático. El procés roba a los catalanes, además de mucho tiempo, “dinero, democracia, recursos, derechos, energías, libertades, convivencias y oportunidades”.
Tras denunciar el espíritu que dirige el procés y que se recoge en episodios como el de Sant Hipólit de Voltregà, donde CDC quería sancionar a los funcionarios no adheridos a la causa, el historiador ha asegurado que la vida política del momento de Cataluña ni es festiva ni democrática, sino un “artefacto profundamente tóxico”. Esa es la razón por la que SCC exige “menos proceso y más progreso”.
Joaquim Coll ha terminado recordando a Josep Tarradellas y su conocida frase: “Ciutadans de Catalunya, prou de procés”.