Las federaciones socialistas críticas con la dirección de Pedro Sánchez quieren aplazar la decisión sobre la fecha del próximo congreso del PSOE, que la ejecutiva federal quiere celebrar los días 18 y 19 de junio. Si no hubiera acuerdo, avisan que el partido podría quedar dividido en una votación.
Las diferencias sobre el calendario interno --una polémica que se había atenuado en las últimas semanas-- saltaron en la noche del viernes, en una reunión del secretario de organización, César Luena, con sus homólogos territoriales.
De ese encuentro surgió la fecha del congreso en junio, con la consulta a la militancia el 29 de mayo, un calendario que no logró el acuerdo de varias federaciones, entre ellas la andaluza, que defendió que el cónclave debería ser en mayo.
El calendario
El pulso ha llegado hasta este sábado, cuando, antes de que comience el comité federal de hoy, se reúne la ejecutiva para dar luz verde a ese calendario. Fuentes socialistas han asegurado a Europa Press que los críticos esperan que la dirección "mueva ficha" para evitar el enfrentamiento y deje abierto el calendario, para que la fecha se ponga una vez se aclare la gobernabilidad. De esta manera, se evitaría una votación.
A su llegada a Ferraz, el presidente de Aragón, Javier Lambán, ha defendido que se debe "posponer" la decisión sobre el congreso, un asunto sobre el que no ha querido hablar la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz.
Aplazamiento
Mientras tanto, el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, visiblemente molesto, ha pedido al partido que deje de hablar de sus asuntos internos y se centre en los problemas de los ciudadanos. Eso sí, coincide en que no es el momento de fijar esa fecha.
De otro lado, los líderes del partido en Castilla y León, Luis Tudanca, y Madrid, Sara Hernández, han defendido que la fecha propuesta por Ferraz es adecuada, aunque también han insistido en que hay otras cuestiones más importantes.
En el comité federal de este sábado también se hablará de pactos y de las posibilidades de llegar a un acuerdo con Podemos. Algunos dirigentes insisten en que el pacto también tiene que llegar a Ciudadanos para evitar hipotecas con partidos nacionalistas.