La agencia de calificación de riesgo Moody’s ha cambiado la nota de la deuda de la Generalitat de estable a "negativo".
Este cambio refleja las tensiones políticas entre la Generalitat y el Gobierno central. Unas tensiones que, según Moody's, podrían afectar negativamente tanto al clima inversor en el territorio como a los objetivos de consolidación fiscal.
El papel de Puigdemont
La agencia con sede en Londres también considera que el nuevo Govern encabezado por Puigdemont centrará sus esfuerzos en una eventual secesión de Cataluña y, en consecuencia, podría generar intranquilidad a los inversores.
Además, desde su punto de vista el funcionamiento del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) podría resultar afectado si se acentúan las discrepancias con el actual gobierno en funciones. Desde 2012 esta línea de crédito de coste cero para las autonomías ha estado garantizada, pero la llegada de Puigdemont, que ha mostrado su compromiso con la hoja de ruta soberanista de su predecesor en el cargo, podría incorporar nuevas incógnitas.