Carles Puigdemont, en su réplica a los grupos parlamentarios, se ha sentido ofendido hacia aquellos que piensan que sólo gobernará para los catalanes que se sienten independentistas, pero ha rechazado un referéndum pactado con el Gobierno.
Mucho más desenvuelto que en su primera intervención, el futuro presidente de la Generalitat ha reprochado al líder socialista Miquel Iceta que hiciera contínuas críticas a Artur Mas sin que éste “se pueda defender” y que haya augurado que no gobernará para los ciuadanos no independentistas. “No me ha gustado esa reflexión. Me esforzaré por hacer lo contrario que usted ha dicho”. Ha negado que su intención sea incumplir la legalidad, pues se aprobarán las leyes pertinentes en el Parlamento catalán e intentará que el proceso secesionista concluya en 18 meses.
Relación normal, no encaje
Ha invitado a Iceta a abandonar el concepto de “encaje” en España, porque “lo que queremos es tener una relación normal”.
Respecto al referéndum acordado que propone el líder de Catalunya Sí Que Es Pot, Lluís Rabell, le ha devuelto la pelota: “¿Y dice que el soñador soy yo?”. Ha negado que su candidatura deba leerse en clave de partido, como ha dicho Rabell
Asimismo, ha invitado a la presidenta del grupo parlamentario de Ciudadanos, Inés Arrimadas, y al popular Xavier García Albiol, a no obsesionarse con las redes sociales, en alusión a sus declaraciones sobre “expulsar al invasor”, una frase que ha circulado por todos los medios de comunicación con ocasión de su investidura. Y de la que no se arrepiente. Es más, ha afeado a PP y Ciudadanos que no condenen la represión franquista.
El futuro presidente catalán ha expresado complicidad con la diputada de la CUP, Anna Gabriel, incluso en su peinado.