No podrán pasar al hemiciclo, pero horas antes de que empezara el pleno de investidura de Carles Puigdemont como nuevo presidente de la Generalitat, un grupo de entusiastas del independentismo ya estaban apostados ante la sede del Parlamento catalán en el parque de la Ciudadela. Protagonizaba esa concentración ciudadana una enorme bandera independentista y una macropantalla que ya quisieran para sí los hinchas futboleros. Es “otra jornada histórica”, dicen, y así la viven.
Este activismo secesionista jaleaba a los diputados acordes con su ideología, mientras que cada representante parlamentario “unionista” –según el argot secesionista- era abucheado.
Medidas de seguridad
El pleno ha despertado una gran atención mediática y popular, lo que ha obligado a los Mossos d’Esquadra a establecer un amplio dispositivo de seguridad.
La Assemblea Nacional Catalana (ANC) ha organizado oytas dos concentraciones públicas para seguir el acto de investidura en directo. La ANC, con el apoyo del Ayuntamiento de Girona y de Òmnium Cultural, ha montado una gran pantalla en la plaza del Vi. En Reus, más modesta, la pantalla se ha montado en la sede local de Òmnium Cultural.