Inés Arrimadas, la líder de Ciudadanos en Cataluña, llegó este domingo al Parlament de Cataluña dispuesta a dejar huella. Con una chaqueta amarillo mostaza, que le hacía destacar desde su escaño, fue la primera de la tarde en cargar las tintas contra el pacto alcanzado entre Junts pel Sí y la CUP y la propuesta de investidura de Carles Puigdemont. El “poner en la presidencia a una persona nombrada a dedo a imagen y semejanza de Artur Mas”, tal y como manifestó en el inicio de su intervención ante el hemiciclo.
Cargó de forma cruda contra el futuro presidente catalán por heredar un tic de su predecesor en el cargo: “Sigue sus pasos, en la hora que ha durado su discurso se ha olvidado de la corrupción”.
Ni caso 3% ni posibles medidas a adoptar
Puigdemont no habló ni del caso 3% que afecta a su partido ni de las medidas que se deberían adoptar para evitar que se repitan acciones de este tipo. “Y esto es el segundo problema más importante para los catalanes. No es el DNI, es el que nos roben desde las instituciones públicas”, manifestó.
Un tema que también ha pasado desapercibido en el pacto de investidura firmado con la CUP y anteriormente se impuso a ERC para formar Junts pel Sí, según la valoración de Arrimadas. Aunque eso no es lo más grave del acuerdo con la formación antisistema es el “secuestro democrático” que incluye.
Cordón sanitario a la oposición
La líder de Ciudadanos en Cataluña censuró que CDC haya vinculado el apoyo parlamentario de la CUP en las votaciones del Parlament para que las políticas de Junts pel Sí llegaran a buen puerto --Benet Salellas matizó que sólo afectarán a las deliberaciones vinculadas al procés--. Un “cordón sanitario al resto de grupos de la oposición”, ya que la suma de los votos de su grupo, PSC, Catalunya Sí que es Pot y el PP supera a los de Junts pel Sí.
Pero Arrimadas continuará dando guerra. Prometió que cuánto más lejos llegue Junts pel Sí y la CUP en “saltarse la democracia seremos más firmes”.
Negociación con Madrid
“A nosotros tampoco no nos van a temblar las piernas y nos vamos a dejar la piel”, sentenció antes de apelar al diálogo con Madrid. Más cuando las elecciones de diciembre dejaron al PP sin mayoría absoluta y con un nuevo escenario que Arrimadas consideró que era más propicio a las peticiones catalanas en clave de mejoras, básicamente, económicas.
Ciudadanos dejó claro que su oposición a la investidura de Puigdemont no se limita a una discrepancia política. “Es un no porque no se puede estar de acuerdo en democracia con quienes quieren saltarse las leyes, la democracia y la justicia”.