La reunión entre Junts pel Sí y la CUP, supuestamente la definitiva, ha concluido sin acuerdo. No era previsible que ambas partes, convocadas por entidades soberanistas –Asamblea Nacional Catalana, Òmnium y Asociación de Municipios por la Independencia- lograran desbloquear “in extremis” una investidura que evitara nuevas elecciones en marzo. Pero ninguna quiere dar por enterrada la negociación y, mucho menos, asumir el fracaso.
No obstante, la coalición que apoya a Artur Mas –en la que participan CDC y ERC- y la CUP se han dado una nueva oportunidad y han mantenido un encuentro rodeado de tanto secretismo que se han producido momentos surrealistas, como el protagonizado por Raül Romeva, que jugó al despiste con los periodistas en una persecución por las calles de Barcelona.
Persecución surrealista
“Seguimos negociando”, fue el breve comentario de los antisistema, en alusión a un nuevo encuentro este viernes, aunque el plazo para celebrar la sesión de investidura del nuevo presidente concluye el sábado. La reunión, que ha durado unas cuatro horas, ha venido precedida de una cumbre de los diputados de la CUP en el Parlamento catalán, donde se ha confirmado que el candidato es Artur Mas. El presidente en funciones firmará el decreto de convocatoria de elecciones el próximo lunes.
Coincidiendo con la reunión “secreta”, un millar de personas convocadas por la ANC se han concentrado ante la plaza de la Catedral de Barcelona para exigir un acuerdo que evite las elecciones. En el acto se han producido momentos de tensión cuando miembros de la CUP se han enfrentado con partidarios de la investidura de Mas.