Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) es la gran beneficiada del descalabro del independentismo catalán. Mientras Artur Mas y la CUP intercambian reproches, la formación liderada por Oriol Junqueras ha dado ya el pistoletazo de salida a su campaña y se presenta como la salvadora del proceso secesionista.

“ERC sale a ganar”, aseguran fuentes próximas a esta formación, que comparan la actitud de Junqueras tras conocer el “no” definitivo de la CUP a la investidura de Mas con “un manual de crisis. Hay un villano, que puede ser la CUP o CDC; una víctima, que es el votante independentista y un solucionador, que es Junqueras”.

Guion preelectoral

Los llamamientos del líder de Esquerra a negociar hasta el último momento para evitar nuevas elecciones, como si su partido fuera ajeno a los contactos realizados por Junts Pel Sí --Mas le recordó ayer que ERC forma parte de esa coalición-- responden a un guion preelectoral en el que el propio Junqueras adoptaría el papel de catalizador de un amplio espectro soberanista.

Y es que tanto en Esquerra como en Convergència dan por hecho que no es posible reeditar la candidatura de Junts pel Sí con las que estos dos partidos se presentaron en las autonómicas del 27S. De hecho, ambas formaciones acudieron por separado a las generales del 20D, lo que fue calificado por miembros de esa entente como la “separación más amistosa de la historia”.

Un dirigente de CDC confiesa a Crónica Global que la obligación del partido de Mas es explorar de nuevo esa coalición, pero asumen que es improbable y, por lo tanto, absurdo insistir demasiado en ello.

Encuestas

Incipientes encuestas de intención de voto apuntan una victoria de ERC en las elecciones de marzo. Pero con permiso de En Comú Podem, que ganó las generales en Cataluña. Resulta obvio que ambas formaciones se nutrirán del voto descontento de la CUP. Y que esos nuevos comicios se celebrarán en un ciclo electoral con auge de la izquierda a nivel de toda España.

En función de los resultados de esas nuevas elecciones --todo indica que la fragmentación parlamentaria aumentará--, ERC tendrá que definir su estrategia de pactos y decidir, como ya hizo en el pasado, si pesa más su alma independentista o de izquierdas.

Independencia o revolución

A la espera de que Ada Colau confirme si da el salto a la política autonómica, ya hay movimientos entre los partidos de la izquierda más extrema. La CUP, a través de la diputada Anna Gabriel, ha expresado su deseo de mantener contactos con la marca catalana de Podemos, aunque admite el escollo que supone defender un referéndum unilateral en Cataluña.

Los cuperos han hecho una apuesta ideológica --‘superrevolucionaria”, según Mas-- y ésta pasa por negociar con Barcelona en Comú, En Comú Podem y Catalunya Sí Que Es Pot, que si contempla un proceso de autodeterminación no negociado en el supuesto de que el futuro Gobierno español vete un referéndum pactado, como propone Pablo Iglesias.