El Parlamento chino ha aprobado este domingo la nueva política nacional de natalidad, que permitirá a todas las parejas tener un máximo de hasta dos hijos. Hasta ahora, el límite con carácter general era de un único hijo, salvo determinadas excepciones, como las etnias diferentes de la mayoritaria 'han', o las parejas rurales cuyo primer vástago fuera una niña.
La medida, que ya anunció en octubre el Partido Comunista, entra en vigor el 1 de enero, y pone fin a más de tres décadas de la conocida como 'política del hijo único', que se implantó en el país en 1979.
Más trabajadores, menos ancianos
Con el cambio de la política de natalidad, se espera que la fuerza laboral de China aumente en 30 millones de personas desde ahora hasta en 2050, así como que disminuya en un 2% la población anciana, según cálculos de la Comisión Nacional de Salud y Planificación Familiar del país asiático.
Este mismo organismo cree que el incremento demográfico aumentará también el crecimiento económico. Concretamente, con un plus de hasta medio punto porcentual –aunque sin concretar un marco temporal para este crecimiento–