El empresariado catalán se reunió este martes en Foment del Treball en su tradicional entrega de premios Ferrer Salat y las medallas de honor de la patronal horas después de que Junts pel Sí entregara su propuesta de acuerdo a la CUP y con la resaca de las elecciones generales del telón de fondo. La difícil situación política estuvo presente en todos los corrillos y en los discursos que se pronunciaron en el escenario de la sala noble de Vía Laietana de Barcelona. Allí, tras un batacazo electoral sin precedentes, el ministro de Exteriores en funciones, José Manuel García Margallo, puso en nombre del PP la negociación con la Generalitat de nuevo en el orden del día.
“Existen desencuentros, pero no despedidas irreversibles”, manifestó en un discurso en el que evocó la figura de Carles Ferrer Salat, fundador de Foment y de la CEOE; Francesc Cambó; la declaración de Alfonso XIII de que si España fuera como la Barcelona de la época “habría hecho de mi patria una gran nación”; la de López Rodó por su aportación al plan de estabilización que se aprobó “en plena noche franquista” e incluso de Laureano Figuerola, el Ministro de Hacienda nacido en Calaf (Barcelona) al principio del Sexenio Democrático (1868 – 1874).
Diálogo dentro de la ley
Todos ellos, “catalanes universales” que demuestran la “aportación de Cataluña en España”. “Es cierto que hay puentes dañados, pero ninguno se ha roto”, manifestó en giro en el línea que mantuvo el partido del Gobierno en funciones durante la campaña electoral. Ahora, el PP apela al “buen sentido y al diálogo, siempre dentro de la ley”.
García Margallo incluso hizo parte de su discurso en catalán. Respondió de ese modo a la petición que minutos antes puso sobre la mesa el presidente de Foment del Treball, Joaquim Gay de Montellà.
Gobiernos estables
Defensor del pacto fiscal desde el inicio de procés, el líder del empresariado catalán reivindicó de nuevo el diálogo tanto para conseguir gobiernos estables en España y Cataluña como para solucionar la distancia entre ambas administraciones que ha llevado al inicio de la declaración de independencia. “Todo habría sido más fácil si hubiéramos abierto el proceso de diálogo”, reiteró.
Gay de Montellà recordó que los empresarios necesitan “seguridad jurídica” para mantener la actividad. Este contexto es básico para continuar con la recuperación económica que vive el país y que lleva a plantear avances del PIB cercanos al 3% en el próximo ejercicio que propiciarán que se termine con la gran lacra de España: el paro.
Reducción del paro
De hecho, la estimación económica de la patronal es que la tasa de desempleo baje del 20% en el conjunto del Estado y se situe en el entorno del 15% en Cataluña en el cuarto trimestre de 2016.
Su predecesor en el cargo y actual presidente de CEOE, Juan Rosell, también aseguró que ese era el camino que se debía de seguir. Reivindicó la figura del empresario y la necesidad de emprender las mejoras sociales que sean posibles, la necesidad de aplicar la transparencia máxima y acabar con la corrupción en la próxima legislatura.
Replantear el mapa autonómico
En cuanto a Cataluña, aseguró que si “todos somos razonables nos podemos poner de acuerdo”. Eso sí, apuesta por abordar el encaje de Cataluña en el Estado de forma más cenital replantear todo el mapa autonómico.
Incluso la empresaria del año para Foment del Treball, la presidenta de Coca Cola Iberian Partners, Sol Daurella, mandó un discurso político entre líneas al declarar que “demasiadas veces se olvida que ninguna sociedad puede aspirar a avanzar, progresar y crear riqueza y ser más libre sin un tejido empresarial sólido y fuerte”.
Mas reivindica la fortaleza empresarial
El presidente de la Generalitat en funciones, Artur Mas, fue el último en hablar. Para romper el hielo, inició su discurso con una broma sobre la interinidad de los cargos que ejercen tanto él como el ministro Margallo. “Yo llevo así casi tres meses, paciencia”.
En su discurso evocó a Winston Churchill cuando aseguró que “en los momentos de fortaleza no debemos olvidar nuestras debilidades y al revés”. Aseguró que el tejido empresarial catalán es fuerte y que los datos de inversión extranjera y exportaciones anulan la teoría de que el procés ahuyenta a las compañías.
Sin igualar pacto con “bajada de pantalones”
En cuanto al diálogo que le ofrecía García Margallo, aseguró que “con perseverancia y determinación se pueden encontrar salidas”, algo que también se puede aplicar a su negociación con la CUP para conseguir la tercera investidura seguida. Pero hay una línea roja: “No se puede igualar un pacto a una bajada de pantalones”.
“A veces pasa que en la cultura política del Estado, el pacto y la cesión que comporta un acuerdo se considera una humillación y esto no permite escuchar y pactar como sería necesario”, añadió.
Defensa de su política
El presidente catalán en funciones defendió que las leyes se pueden cambiar, cosa que propiciaría la declaración independentista, y que a veces es necesario “escuchar y hablar a partir de lo que dicen las urnas, no lo que dicen las leyes”.
Los asistentes a la entrega de premios no eran el público más receptivo de su discurso. Mas era consciente de ello e igualmente subió al escenario sin papeles para defender la política que ha emprendido los últimos años. Al final, todos brindaron.