El batacazo de Democràcia i Llibertat, que ha pasado de los 16 diputados que obtuvo en 2011 –entonces acudió junto a UDC—a tener 8, se produce en pleno proceso de negociación de la investidura de Artur Mas con la CUP.

Aunque los antisistema han ninguneado estas elecciones generales, pues no han presentado candidatura, los resultados suponen un serio revés para el pretendido liderazgo del proceso independentista. Con el 99,65% escrutado, DL ha pasado a un cuarto lugar por debajo del PSC, que a diferencia de 2011, supera en votos de Convergència (586.947 votos frente a 563.834). ERC, que triplica su número de escaños al pasar de tres a nueve (597.346 votos), queda en una segunda posición. Ambas formaciones independentistas se han visto superadas de largo por la marca de Podemos en Cataluña, En Comú Guanyem, con doce escaños (924.394 votos) y un discurso favorable a un referéndum sobre la secesión pactado con el resto de España cuya meta sea buscar un encaje especial de la "nación catalana". La unilateralidad, como se ve, pierde fuelle.

Segunda vuelta del plebiscito

Los independentistas habían planteado estos comicios como una segunda vuelta del supuesto plebiscito separatista de las elecciones autonómicas del 27S, en las que Junts pel Sí no logró mayoría en votos. En esta ocasión, las fuerzas rupturistas tampoco han logrado ganar ese referendo ciudadano. 

El hecho de que Convergència acudiera en solitario a las generales sin ERC, que le ha superado en votos en las generales, ya era indicativo del deseo de soltar lastre que tenían los republicanos respecto a una formación en caída libre. Los convergentes, aliados con Reagrupament y los exdirigentes independentistas de UDC, han cambiado de nombre y de candidato. Al frente de Democràcia i Llibertat, marca con la que CDC ensaya un nuevo nomenclátor, ha estado Francesc Homs, hasta ahora mano derecha de Mas, que se ha quedado con la mitad de escaños que CiU obtuvo en 2011. En la provincia de Barcelona, con una densidad de población mayor y menos sentimientos independentista, DL pasa a un quinto puesto, mientras que en Girona y Lleida sí logra la primera posición. En Tarragona, se queda en un cuarto lugar.

Salida digna

Las cifras constatan el declive electoral de la formación de Artur Mas, que lleva tres meses intentando ser investido presidente de la Generalitat. Ahora más que nunca, el líder de CDC necesita que la CUP le vote, pues unas nuevas elecciones catalanas en marzo supondrían un grave riesgo para el futuro de su partido, que está en fase de refundación. La debilidad constatada por Democràcia i Llibertat no ayuda a esa salida digna que busca Mas. Tras conocer los resultados, Homs ha interpretado su cuarta posición en Cataluña como un mantenimiento de sus escaños, pues de los 16 escaños de 2011, seis correspondían a UDC. Por su parte, Artur Mas ha agradecido el voto recibido, que se ha producido "en las peores condiciones, pues los partidos de gobierno tenemos una cierta erosión. Hemos sido despiadadamente atacados por los grandes poderes del Estado porque somos un eslabón clave en la cadena independentsta". Según Mas, el concepto de derecho a decidir "ha salido claramente reforzado en estas elecciones", pues En Comú Guanyem "así lo defiende". En este sentido, ha instado a Pablo Iglesias a no dar apoyo a formaciones que no se comprometan a impulsar ese referéndum en Cataluña. El presidente en funciones considera que el escenario dejado por las elecciones generales "abre puertas al soberanismo".

Ciudadanos tampoco ha cumplido con las expectativas levantadas en Cataluña: se queda con 5 escaños (487.693 votos), los mismos que PP (415.873 votos).