El tema catalán apenas ha tenido trascendencia en el cara a cara que han protagonizado este lunes en televisión Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, candidatos a la presidencia del Gobierno del PP y del PSOE, respectivamente.
Hasta en tres ocasiones ha tratado de introducir sin éxito esta cuestión en el debate el moderador, Manuel Campo Vidal. Cada vez que lo intentaba, ambos líderes rechazaban el envite y seguían enzarzados en el cruce de reproches sobre corrupción y economía. Sólo un cuarto de hora después del primer intento, el presentador lo ha conseguido. Pero el tema catalán apenas ha ocupado unos escasos siete minutos de un debate que ha durado en torno a dos horas.
Reforma constitucional
En cualquier caso, ninguno de los dos candidatos se ha extendido en responder a la pregunta que les ha planteado el director de La Vanguardia, Màrius Carol, sobre qué medidas plantean para "convencer" al 48% de catalanes que apoyaron a opciones independentistas en las pasadas elecciones autonómicas.
Sánchez ha propuesto una reforma constitucional que clarifique la distribución de competencias entre la Administración General del Estado, las CCAA y los ayuntamientos, y que mejore la financiación autonómica. Rajoy le ha pedido que concrete si esa reforma incluye un "federalismo asimétrico" y ha tildado de "frivolidad" la propuesta de trasladar el Senado a Barcelona.
Cruce de reproches
El líder socialista ha advertido de que "ni el inmovilismo ni el rupturismo" servirá para superar la situación actual. Mientras que Rajoy ha respondido señalando que eso no es más que "un eslogan".
Sánchez le ha reprochado a Rajoy que durante su mandato el apoyo electoral al independentismo ha pasado del 10% al 48%, y Rajoy le ha recordado la pérdida de apoyos que los socialistas han sufrido en Cataluña.
"Garantes" de la unidad
En lo que sí que ha habido coincidencia entre ambos es en la defensa de la unidad de España, la soberanía nacional, la igualdad de todos los españoles y el cumplimiento de la legalidad. Y los dos han mostrado su rechazo a la celebración de un referéndum independentista y a otorgar un concierto económico a la Generalitat. Además, cada uno de ellos se ha presentado como el mejor "garante" de la unidad del país.