Los candidatos de Ciudadanos (C’s) y de Podemos, Albert Rivera y Pablo Iglesias, se han mostrado muy críticos con el debate electoral celebrado este lunes entre los líderes del PP -Mariano Rajoy-- y del PSOE --Pedro Sánchez--, no sólo porque ellos no participaron, sino porque el resultado fue hacer visibles dos formas de ver la política y la economía, el bipartidismo, que sigue vivo.
Más concretamente, Rivera e Iglesias han mostrado su preocupación porque el cara a cara podría reavivar un bipartidismo que ambos daban por muerto y que las encuestas ponen en tela de juicio.
Si el secretario general del PSOE salió reforzado del debate, tal como coinciden la inmensa mayoría de los observadores y las encuestas, su recuperación electoral pasaría por cerrar la hemorragia de votos que los socialistas sufren a favor de Ciudadanos, por la derecha, y a favor de Podemos, por la izquierda. O sea, un frenazo a las aspiraciones de ambas formaciones emergentes.
Participación del 80% para superar el bipartidismo
El líder de C’s ha advertido de que “en España los grandes cambios siempre han llegado con grandes participaciones" y, por eso, considera que a partir del 80% de participación en las elecciones del 20 de diciembre empezarían a tener más posibilidades, pero que si ésta se queda en los datos normales "el bipartidismo seguirá siendo fuerte".
En todo caso, Rivera ha lamentado la agresividad de Sánchez, y ha asegurado que él “nunca llegaría a insultar” al presidente de Gobierno como hizo el candidato socialista.
Rivera ha mostrado su deseo de que el de ayer fuera el último debate del “desencuentro”, ya que España “se merece una nueva etapa política”. “España necesita juego limpio y no política basura”, ha añadido.
“Epitafio de una época que terminó”
Por su parte, Iglesias ha señalado que ni Rajoy ni Sánchez son “los presidentes que se merece España en un momento histórico como este”.
“Vimos un debate en un tono y unas formas que ya no forman parte de la nueva política en España”, ha añadido el líder de Podemos. Y ha considerado que el cara a cara es “un epitafio de una época que terminó” y que confirma que “estamos viviendo una transición entre dos épocas”.