La Candidatura de Unidad Popular (CUP) ha convocado para el próximo 27 de diciembre una asamblea para decidir si inviste a Artur Mas presidente de la Generalitat. El cónclave se celebrará justo tres meses después de que tuvieran lugar las elecciones autonómicas, en las que la formación antisistema se volvió decisiva para que Junts pel Sí, la coalición de Mas, pueda gobernar. Sin embargo, las negociaciones entre ambas fuerzas independentistas están actualmente bloqueadas por la negativa de la CUP a darle el poder a una persona que identifican con el capitalismo, con los recortes sociales y con la corrupción. La militancia antisistema se reunió este domingo y rechazó por mayoría darle la presidencia a Mas, al tiempo que el líder actual de la CUP mantenía abierta la puerta a seguir negociando.
Pero las posturas, hoy por hoy, son irreconciliables, sobre todo después de que la CUP haya apostado abiertamente por una república catalana “socialista” y “anticapitalista”. La vicepresidenta del Gobierno catalán, Neus Munté, ha asegurado hoy que no hay ninguna medida de esas características sobre la mesa de diálogo. Por su parte, el diputado antisistema, Sergi Saladié, sostiene que Junts pel Sí no se ha pronunciado todavía sobre su plan de choque social.
Fuentes convergentes confiesan que la situación se encuentra en punto muerto y que la posibilidad de un nuevo adelanto electoral está cada vez más cerca. No esconden su malestar ante el tono abrupto de la última reunión de los antisistema, en la que se oyeron soflamas contra CDC que nada ayudan al proceso. “Fue una provocación. Si ellos exhiben a sus 1.200 militantes, nosotros podemos recordarles nuestros dos millones de personas que movilizamos en la calle”, aseguran estas fuentes.