Esperanza Aguirre se queda sin seguridad en su residencia particular. La Comunidad de Madrid, presidida por su compañera de partido Cristina Cifuentes, dejará de pagar a partir del martes a los efectivos de la Guardia Civil que custodian la casa de la lideresa y ahora portavoz del PP en el Ayuntamiento.
El cambio se incluye en el convenio que anual que mantiene la Administración regional y el Ministerio del Interior, en el que asumen el gasto de seguridad en los edificios autonómicos y los presidentes a través de agentes de segunda actividad de Policía y Guardia Civil.
Polémica por los recibos de la luz
Cifuentes tomó la decisión en plena polémica sobre los gastos que Aguirre cargaba al Gobierno regional cuando era presidenta. Salió a la luz que la Administración había abonado incluso gastos de la luz del domicilio particular del centro de Madrid.
La deuda de la lideresa con la Comunidad es de 5.000 euros. Según el entorno de la ex presidenta, se trata del coste energético de la garita de seguridad situada en la entrada del palacete en el que reside en el barrio de Malasaña.
Negociación con Interior
Si quiere mantener la seguridad, Aguirre deberá convencer al Ministerio del Interior. La factura la asumiría, en ese caso, el Gobierno central.
La ex presidenta regional asegura que cuando fue nombrada ministra de Educación y Cultura en 1996, en el gobierno de José María Aznar, Interior determinó que era necesario poner vigilancia en el inmueble en el que vive y que debido a las características de la casa, que está declarada Bien de Interés Cultural, se tuvo que instalar una garita de la Guardia Civil en el rellano de la escalera. En ese momento también se instaló un contador para controlar el gasto de electricidad (cámaras, calefacción luz, etc.) del recinto.
Aguirre tiene calefacción eléctrica
Aguirre defendió que estas facturas las pagaba el Gobierno central cuando era ministra, el Senado cuando era senadora y la Comunidad de Madrid cuando la presidía. Incluso entregó facturas de Gas Natural Fenosa a su nombre desde 2010 para demostrar que había asumido el coste energético de su vivienda.
Incluso afirmó que el importe final era “terrorífico” porque tiene calefacción eléctrica.